Opinión

La recuperación se aleja, y mucho

EL PRESIDENTE del Gobierno decía el pasado jueves ante un nutrido grupo de directivos de multinacionales que "España se encuentra en una suerte de posicionamiento de liderazgo mundial". Sánchez aseguró que ya en este 2021 vamos a asistir a una intensa recuperación de la economía. Una vez más, ni la realidad ni las previsiones de todo tipo de organismos se compadecen con la verdad.

Se puede lanzar un mensaje de esperanza y confianza a los inversores extranjeros y a la sociedad española. Supongo que va en el sueldo de presidente no ser excesivamente agorero y ofrecer algo a lo que agarrarse. Otra cosa es mentir descaradamente y vender algo más retórico y cursi que lo de la "Champions League" de Rodríguez Zapatero, pero igual de falso y que acabó como todos recordamos.

Los datos oficiales que se han ido conociendo sobre la evolución de numerosas variables macroeconómicas correspondientes al último trimestre de 2020 son más negativos de lo que cabía esperar. En los meses de noviembre y diciembre no funcionó como se esperaba ni el Black Friday, ni el Cyber Monday, ni la Navidad, ni las rebajas. La dureza de las nuevas restricciones y el miedo a las variantes del covid han acabado con las expectativas de una importante recuperación en el cuarto trimestre de 2020 y ya veremos en cuantos meses de 2021.

Con esos datos en la mano, el servicio de estudios del BBVA, Funcas, y otros analistas creen que la economía se estancó en el último trimestre del año pasado y que, al menos en los primeros meses de 2021, va a ocurrir lo mismo. De hecho, aún cuando la pandemia y sus consecuencias no empeoraran aún más, el PIB en 2021 repuntará para BBVA apenas un 5,5%, mientras que para el panel de Funcas, el crecimiento no llegará al 6,5% y la tasa de paro superará el 17%.

Además, y muy importante, la ralentización también va a afectar, aunque en menor medida, a otros países de Europa. Lo ha dicho claramente la presidenta del BCE: la recuperación se retrasa y esto también nos afectará negativamente y se cargará las previsiones con las que el Gobierno ha elaborado los PGE recién estrenados.

Es raro que Sánchez haya elegido, con la experiencia acumulada, el camino zapateril de vender que somos la envidia del mundo. Todos los sectores de la economía están muy tocados, el paro es una tragedia, las colas del hambre aumentan cada día, los cierres de empresas se multiplican y los autónomos están con la soga al cuello. No están contentos ni los funcionarios ni los pensionistas. Sánchez, que habla tanto de resiliencia y empatía, o no sabe lo que es o está empeñado en vender mercancía averiada a unos ciudadanos cansados, arruinados y hartos de que los mensajes no se compadezcan con la realidad que viven cada día. ¿Cuándo estallará la bomba?

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