Sin rastro de la Virgen sustraída hace quince días en una iglesia de Pantón

La Guardia Civil ya dispone de fotografías para identificar la talla, aportadas por la historiadora Flora Enríquez a la Diócesis de Lugo

El vecino que tiene las llaves del templo muestra el lugar en el que estaba la Virgen. TOÑO PARGA (Pantón)
photo_camera El vecino que tiene las llaves del templo muestra el lugar en el que estaba la Virgen. TOÑO PARGA

Quince días después de la desaparición de una imagen de la virgen de la Inmaculada en la iglesia parroquial de San Vicente de Castillón, en Pantón, nada se sabe sobre el paradero de esta talla, de unos 40 centímetros de alto, que se encontraba situada encima del Sagrario, bajo un gran San Vicente que preside el retablo principal del templo.

Se cree que fue sustraída coincidiendo con la celebración de un entierro, cuando alguien que había puesto sus ojos en ella aprovechó los actos de sepelio para cogerla del pedestal.

De ello está convencido Justo Vázquez, el vecino que se encarga de custodiar las llaves de la iglesia. Dice que la puerta principal no fue forzada y que el templo carece de ventanas, por lo que la única forma de hacerse con la imagen de la Virgen era durante la celebración de un acto litúrgico, en un momento de despiste de los feligreses.

También comentó que debido a su pequeño tamaño al ladrón le resultó relativamente fácil salir con ella sin que nadie se percatase, como le ocurrió tanto a él como al párroco, José García, pues se dieron cuenta de que faltaba la talla una semana después de la última vez que la habían visto en el retablo.

El responsable de Patrimonio de la Diócesis de Lugo estima que la imagen tiene un valor que ronda los 3.000 euros

El robo ha sido denunciando ante la Guardia Civil, que realiza gestiones para dar con su paradero. Para ello se cuenta con un par de fotografías que fueron aportadas por la historiadora pantonesa Flora Enríquez.

MUY DIFÍCIL. El responsable de Patrimonio de la Diócesis de Lugo, el monfortino César Carnero, indicó que será "moi difícil que apareza", a no ser que la persona que la robó se decida por llevarla a alguna feria de antigüedades, algo que, añadió, no cree que ocurra.

Por el contrario, piensa que pasará a engrosar alguna colección privada, pues hay coleccionistas a los que les gusta este tipo de piezas.

Se trata de una talla en madera elaborada en el siglo XVIII cuyo valor fue estimado por César Carnero en unos 3.000 euros.

Este es un hecho aislado en la comarca de Lemos, pues no sucedía algo semejante desde hace unos 20 años cuando dos vecinos de Monforte fueron juzgados bajo la acusación de haber cometido robos en dieciocho iglesias de diferentes municipios del sur de la provincia. Con anterioridad, en 2001, fueron robadas dos imágenes en Toldaos (Pantón).

Conclusiones
Un robo por encargo


La conclusión de aquellos que investigan en España las sustracciones de piezas de arte sacro apuntan a que se tratan de robos por encargo. Dicen que nadie se atrevería a embarcarse en un robo de este tipo sin tener antes un comprador seguro.

Habiendo reproducciones legales de obras históricas sagradas no habría necesidad de recurrir al hurto, a menos que el capricho de poseerlas transgreda las normas de la legalidad, como ha sido el caso de San Vicente de Castillón.

 

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