La hermandad de mujeres de la Santa Cruz llenó las calles de Viveiro de fervor durante la procesión de la Esperanza de la Resurrección de Viveiro, en la que desfilaron unas 350 mujeres de todas las edades. La gran participación y vistosidad del acto es otro aspecto destacado.
Las 66 llevadoras que portan el paso de Nuestra Señora de la Esperanza, obra realizada por Francisco Romero Zafra en el año 2010, salen escoltadas por agentes policiales y acompañadas por decenas de niñas y mujeres, tanto ataviadas con los hábitos en blanco y verde. Entre ellas desfilan alrededor de un centenar con hachones, además de las que lo hacen con las tradicionales mantillas españolas de color negro y las que portan estandartes, así como las 44 que forman su banda de tambores.
El desfile procesional, que salió de la iglesia de San Francisco, realiza el recorrido tradicional, suscitando la admiración de vecinos y visitantes que se rinden ante la belleza de una imagen que genera gran devoción. De hecho, la hermandad tiene lista de espera para participar en la procesión como llevadoras del paso.
La cofradía de la Santa Cruz tiene igualmente reservas para portar alguna de las cruces de penitencia del vía crucis que realizó el martes pasado, un acto que incluso ha desbancado por su gran afluencia al que organizan los hombres el miércoles santo. La gran implicación de las mujeres en todos los actos lama la atención, además del sentimiento y fervor que profesan a esta virgen.
El desfile incluye, como los restantes de la Semana Santa internacional de Viveiro, la participación de las directivas de las restantes cofradías, que marchan tras los correspondientes estandartes y lucen sus insignias. Secundan todo el itinerario las filas de hachones blancos.
BURELA. Por otro lado, Burela también vivió este sábado su procesión de la virgen de la Esperanza, que salió de la iglesia parroquial. En este caso, las mujeres que portan el paso llevan la cara descubierta. El desfile burelés saca además a la calle las imágenes del San Juan y de Santa María Magdalena, acompañadas por la banda de cornetas y tambores San Inocencio de Teixeira de Burela. La jornada culminó con la vigilia pascual de bendición del agua y el fuego.
