La joven de 30 años residente de lunes a viernes en la residencia de discapacitados intelectuales Prodeme de Monforte ha contactado, según pudo saber este diario, con su familia, residente en Lugo, localidad de la que ella es oriunda y a la que acudía a pasar todos los fines de semana. Indicó en unos mensajes de WhastsApp que se encontraba bien y que no se preocupasen por ella.
Todo apunta a una marcha voluntaria de la joven, Lucía Montero García, quien ha colgado alguna fotografía en redes sociales en compañía de un joven que vive en el poblado chabolista de As Lamas, cerca de la residencia de Prodeme.
La Policía Judicial intenta localizar el paradero de la joven a través de la señal de su teléfono móvil, máxime cuando su familia, a pesar de que Lucía Montero diga que se encuentra bien, no ha querido retirar la denuncia.
Lucía, de 1,70 metros de estatura, complexión delgada, pelo rubio, ojos azules, gafas graduadas que usa a veces y con un tatuaje en la mano derecha y en el cuello, fue echada en falta hace justamente una semana, cuando no fue a casa de su familia en Lugo.
