Opinión

Habla Mario

Primero los datos exactos, como quería Stendhal para las novelas. El próximo viernes, 1 de noviembre, a las siete y media de la tarde, tendrá lugar en el marco incomparable —valga el tópico, pero nunca más cierto— del Salón Regio del Círculo de las Artes la presentación del último libro de José de Cora, Habla Mario. Que sea el día de Todos los Santos no es casual, porque quien nos va a hablar es un muerto (tema no nuevo en el autor éste del ‘más allá’ que pasa a ser acá), un muerto de los más conocidos de entre los personajes de la literatura española del siglo XX, nada menos que el de Cinco horas con Mario, de Miguel Delibes, de quien se conmemora el año que viene el centenario de su nacimiento, a cuyas celebraciones esta obra se adelanta.

José de Cora es un autor seguro y muy dueño de sus recursos, pues solo desde la seguridad se puede uno atrever a darle voz al callado Mario (callado por difunto), que vuelve del cielo (celícola se autodenomina) para responder contundentemente al chaparrón de reproches que su mujer Carmen le dedica durante cinco horas mientras lo está velando. El monólogo interior de Carmen / Delibes encuentra implacable (e impecable, desde el punto de vista técnico) respuesta en el de Mario / Cora.

Cinco horas con Mario —sus personajes, sus detalles, los años sesenta— aparece una y otra vez en Habla Mario, pero este —gran mérito del autor— es un libro totalmente de José de Cora, por el humor, por el estilo, por eso tan importante en literatura que es el tono. Un Cora en plenitud como escritor. Dicho con beoda metáfora, un auténtico Cora en botella de Delibes. Y así el afortunado lector puede recordar aquella novela mítica de hace casi medio siglo (o su posterior adaptación teatral) y dar un interesante y entretenido paseo por este nuevo producto del escritor lucense.

Mario sorprende por la dureza hacia su viuda, a la que reconoce solo dos virtudes, tampoco baladíes: sus ojos y sus tetas. Esa total incomunicación entre la pareja es la existente entre dos formas de ver la vida: la cerrilmente conservadora y llena de prejuicios de Carmen y la más abierta y comprensiva (no con su mujer) de Mario. En todo caso el resultado es la infelicidad, el fracaso. Por eso, pese a lo humorístico de muchos episodios, al final queda en el lector un poso de tristeza. Porque como confiesa Mario: "No supimos hacerlo. Lo mismo que España".

Camilo José Cela en Secuestro y fonda de Cela en Contamina, Valle-Inclán en Te llamaré Muerto, ahora Delibes. José de Cora sigue su diálogo con los grandes autores españoles del siglo XX, una lograda metaliteratura que es bastante más que un divertimento. Habla Mario es la mejor prueba de ello.

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