Dos ganaderos gallegos graban cómo sus perros desfiguran la cabeza de una vaca

Difundieron un segundo vídeo de un can atacando a un cerdo y el lunes se iniciarán las pesquisas para dar con ellos
Uno de los perros ataca a un cerdo.EP
photo_camera Uno de los perros ataca a un cerdo.EP

Execrables, viles, infaustas, infames... Los epítetos negativos se agotan a la hora de describir unas imágenes que circulan por las redes sociales en las que se ve como dos ganaderos gallegos azuzan a perros de presa contra una vaca y a un cerdo, que son atacados brutalmente por los canes sin otro motivo que el mero disfrute de los dos sádicos protagonistas. "Dádelle máis, dádelle máis!", se escucha gritar a uno de ellos, el más despiadado, mientras luna jauría de cinco canes desfiguran a dentelladas la cabeza de la res, que es sujetada con una cuerda por el otro desaprensivo para que no pueda escapar del ataque. Sus mugidos ponen los pelos de punta, como el vídeo en su conjunto.

Los dos ganaderos, aunque llamarlos así sea una ofensa para quienes desempeñan este oficio, difundieron además otra grabación de extrema crueldad animal donde la diana de los ataques es un cerdo. Son vecinos de la parte más oriental de la comunidad, según explicó el domingo Libera a AGN en base a la información que ha podido recabar hasta el momento sobre estos individuos. "Creemos que son de A Mezquita o Viana do Bolo, de la zona fronteriza con Zamora y Portugal", explica un responsable de la asociación animalista, con muchos contactos entre ganaderos y agricultores de la zona que pueden ayudar a dar con la identidad de los autores de los dos vídeos.

En el primero, se casi dos minutos de duración, se ve cómo jalean y azuzan a los perros contra una ternera, mientras que hay un segundo, mucho más breve, de apenas diez segundos de duración, en el que se ve como uno de los canes muerde a un cerdo en el jamón —su parte trasera—, que como a diferencia de la vaca está suelto y consigue escapar de su atacante por unos matorrales. "tiña que estar juan aquí!". En en transcurso de los ataques, los dos hombres no ocultan su gozo, sino todo lo contrario.

"Ai, tiña que estar aquí Juan!", chilla uno, que parece echar de menos la presencia de un tercer amigo para asistir a tan funesto espectáculo. Además, las risas son constantes. En el vídeo de la vaca, solo cuando el ataque comienza a adquirir tintes macabros, con el hocico deformado por los mordiscos, el ganadero que parece ser menos sádicode los dos suelta a la ternera, al que tenía agarrado por una cuerda, y se acerca a los canes. "Deixádea, deixádea", les dice.

Se desconoce si la vaca recibió la atención veterinaria que requería posteriormente ni su paradero, toda vez que a juzgar por las imágenes —el ataque a la res se produce en un lodazal— y la actitud de los dos ganaderos, se antoja muy probable que los desafortunados animales no estén sometidos a las condiciones higiénico-sanitarias que marca la ley de bienestar animal de la Xunta.

Resulta imposible dar explicación a estas imágenes. Si los autores de los vídeos tienen alguna, la expondrán a las autoridades próximamente, ya que en cuanto las imágenes estén en manos del Seprona será cuestión de horas que sean cazados. A juicio el dueño.

Libera denuncia los hechos para que la ley actúe pero el castigo no implicaría cárcel

¿Son suficientes los castigos por hechos como los recogidos en los vídeos que se difundieron ayer? El debate vuelve a prenderse cada vez que se tiene constancia de hechos de esta naturaleza. Los dos tristes protagonistas de este episodio —que el lunes será denunciado por Libera ante el Seprona y los agentes medioambientales de la Xunta— podrían ser condenados, en caso de que todo el peso de la ley caiga sobre ellos, 18 meses de prisión a lo sumo, con lo que no tendrían que entrar en la cárcel salvo que tengan antecedentes en los dos años previos.

demás, de acabar siendo juzgados, podrían ser inhabilitados para la tenencia, comercio o profesión relacionada con los animales por un máximo de tres años, indica la asociación animalista, que añade que, en lo económico, la la ley de bienestar animal autonómica contempla sanciones de hasta 30.000 euros.