El fiscal pide prisión permanente revisable para el asesino lucense de la niña Naiara

Su hermano y su madre se enfrenta a penas por maltrato
La madre de Naiara. EFE
photo_camera La madre de Naiara. EFE

El ministerio fiscal solicitará prisión permanente revisable por el asesinato de Naiara, la niña de 8 años muerta en Sabiñánigo (Huesca) tras ser sometida a maltrato físico y psíquico por parte de su tío político, natural de Lugo.

En su escrito provisional de acusación, al que ha tenido acceso Efe, la fiscalía oscense solicita, además, penas de 3 años de prisión tanto para el presunto asesino como para su hermano y la madre de ambos por los supuestos malos tratos a los que sometieron a la niña.

También reclama una orden de prohibición contra el principal procesado, que se enfrentará junto a sus familiares al veredicto de un jurado popular, para acercarse a menos de 500 metros durante 10 años a la madre y al padre biológico de la menor, para los que solicita también indemnizaciones de 100.000 y 70.000 euros, respectivamente.

En el escrito de la fiscalía, que coincide en su petición de prisión permanente revisable con la defensa de los progenitores biológicos de la menor, se afirma que el acusado actuó de forma "salvaje, despiadada e inmisericorde".

La menor, continúa el ministerio público, estuvo inconsciente durante más de dos horas el 6 de julio de 2017, hasta que sufrió una parada cardiorrespiratoria que obligó al procesado a llamar a los servicios de urgencia.

Trasladada al hospital infantil de Zaragoza, la niña murió sobre las 19.45 horas de ese día a causa de las graves heridas que presentaba, reflejadas en el informe de autopsia.

En relación al delito de maltrato habitual, el fiscal señala que la abuelastra de la niña obligó a dos nietas de una hija suya que vivían con ella de 12 y 14 años a establecer turnos de vigilancia la noche anterior para controlar que Naiara estudiara una lección escolar y no se durmiera.

Ambas niñas, bajo la tutela actual de los servicios sociales del Gobierno aragonés y contra las que la fiscalía de menores abrió un expediente, fueron obligadas a participar en las torturas infligidas por el procesado a la menor. Según el fiscal, en varias ocasiones, la menor de las sobrinas intentó frenar la conducta "violenta y feroz" desplegada por el acusado y fue la encargada de avisar a los servicios de urgencia.

Desde un primer momento, la instructora del caso y la fiscalía rechazaron la imputación de la madre de la menor tras constatar la inexistencia de pruebas que apuntaran a la posibilidad de que conociera los hechos.

Sin embargo, el fiscal considera que la actual pareja de la madre aceptó llevar a la niña unos días a casa de la abuelastra y de su hermano, el presunto asesino, "con conocimiento y en connivencia con las violencias y vejaciones que sobre la niña Naiara iban a ejercer tanto su hermano como su madre".

Tras el escrito de la fiscalía, que solicita la práctica durante el juicio de numerosas pruebas periciales y testificales, y pendiente de la calificación de la defensa de los acusados, fuentes judiciales estiman que el juicio podría celebrarse a principios del próximo año. 

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