Tras el rastro de las heces caninas en Lugo

Un lucense empapela señales de tráfico, farolas y bajantes de varias calles de Paradai quejándose porque "el cojo del yorkshire" no recoge los excrementos de su mascota

La paciencia de los ciudadanos tiene un límite. Y este caso parece un ejemplo evidente de que se colmó. El mobiliario urbano de varias calles del barrio de Paradai, en la capital lucense, amaneció este jueves empapelado con carteles en los que su autor se queja de que el propietario de un perro no recoge las deposiciones que realiza su mascota en la vía pública.

No identifica con nombres y apellidos al descortés dueño, pero sí describe una característica física suya y la raza del can al que saca de paseo para que defeque.

Todos los carteles, que están mecanografiados, no escritos a mano, tienen un mensaje común: "El cojo dueño del yorkshire es un guarro que no recoge las cacas de su perro".

Señales de tráfico, farolas, postes informativos de paradas del bus urbano e incluso algún que otro bajante de desagües sirvieron de improvisados tablones de anuncios para recoger esta denuncia pública.

Además del cartel, colgó del mobiliario urbano bolsas de plástico de color negro para que el aludido retire las deposiciones de su perro

El ciudadano incomodado por el comportamiento incívico del aludido dueño de una mascota no se tomó solo la molestia de poner los carteles, sino que también colgó con cada uno una bolsa de plástico de color negro tal vez para que este, si recapacita, tenga con que recoger los excrementos.

El que se ha convertido en un azote de los desconsiderados propietarios de perros colocó más de una veintena de advertencias en el mobiliario urbano a lo largo de unos 150 metros. Lo hizo en las calles Sil, Miguel de Cervantes, Alta y Paradai, en las proximidades de la estación del ferrocarril.

Los que ayer transitaron entre la rotonda del fondo de la Rúa Monforte y la nueva de Ponte Paradai no pudieron evitar hacer un alto para leer el mensaje y hasta más de uno se identificó con él.

Cada vez hay más ciudadanos que colocan en sus portales carteles advirtiendo de este problema de falta de civismo.

POLÉMICA. Este es un asunto controvertido. Hay muchos dueños de mascotas que recogen las heces caninas de las aceras y los jardines, pero también hay algunos que no. Y ese comportamiento grosero puede generar un problema de higiene y salud pública y afea la imagen de la ciudad, tanto para sus habitantes como para los que la visitan.

Hace un par de semanas la sangre llegó al río en Lugo tras una acalorada discusión por este motivo entre dos lucenses. De las palabras pasaron a los hechos. Uno le rompió la nariz al otro porque no recogió de la calles los excrementos de su perro.