El nuevo bus gratuito de Monforte: un estreno plagado de opiniones positivas

El nuevo autobús urbano, de uso gratuito, acogió en su primer día de servicio al doble de usuarios que las jornadas anteriores
Usuarios del autobús urbano de Monforte. MIGUEL PIÑEIRO
photo_camera Usuarios del autobús urbano de Monforte. MIGUEL PIÑEIRO

La música -en concreto, la lista de un programa radiofórmula- suena a un volumen que permite disfrutar de ella y, al mismo tiempo, mantener una conversación. Las puertas se abren acogiendo y despidiendo gente. Muchos consultan dudas sobre los horarios o el funcionamiento y casi todos admiran lo espacioso que es. Así fue el primer día del nuevo bus urbano de Monforte.

Más de 115 personas se habían subido este lunes a las seis de la tarde al transporte público municipal, el doble de lo habitual. La mayoría de usuarios transmitieron opiniones positivas. La amplitud del vehículo fue la más habitual y se hizo inevitable la comparación con el autobús que prestaba este servicio anteriormente. El actual salía siempre vencedor.

"Parece un avión", comentaba una de las pasajeras. "Case non fai ruído e é moi cómodo", dijo otro. "Agora hai que usalo, non vaia ser que o quiten", bromeó una mujer que se subió al autobús en la parada del cementerio. "Esto viene muy bien para acostumbrarnos a caminar y no usar el coche", añadió pronto su acompañante.

Fuera, el bus llama la atención. Su color rojo y el cartel electrónico hacen que muchos peatones lo miren y señalen. Hay hasta quien le saca fotos. Parece gustar en su paseo circular por Monforte, que completa en una hora después de hacer numerosas paradas en el casco urbano y el extrarradio.

José Ramón Rivero es uno de los conductores. La zona de A Pinguela y el centro de salud fueron, según dice, los puntos que más usuarios aportaron el primer día de transporte público gratuito en la ciudad del Cabe. Más por la mañana que por la tarde.

Igual que sus compañeros, él va poniendo una raya en un papel para contabilizar los pasajeros que se suben en cada parada. Hay sitio para 36 y 21 pueden ir sentados.

Ni ebrios ni dormidos. La tecnología controla a los profesionales encargados de manejar el autobús, que lleva instalado un sistema para detectar si han consumido alcohol. El vehículo no se enciende con llave, sino accionando un botón. Los conductores deben soplar en un aparato similar al de los controles de alcoholemia. Si el resultado es positivo, el bus no se pone en marcha.

Hay un segundo dispositivo cuyo objetivo es garantizar la seguridad de los pasajeros y el buen uso del volante por parte de los chóferes. Va inscrustado justo delante de su asiento y mediante una cámara detecta su nivel de fatiga. Si la máquina nota que quien conduce está somnoliento emite un pitido de alerta que evita que se quede dormido.

Los viajeros disponen de conexión a internet gratis y puntos de carga USB. Además, descargando la aplicación Locatel (el usuario es bus2020 y la contraseña, urbano) se recibe en el móvil la localización exacta del autobús.

Comentarios