Waldorf fue la primera

En las aldeas los acogen con los brazos abiertos

Antes de ceder los locales, el Concello pregunta a los vecinos qué les parece la iniciativa y la respuesta ha sido positiva. En San Xoán do Alto están encantados
Chelo Alonso, en Nenea
photo_camera Chelo Alonso, en Nenea

Chelo Alonso tiene la escuela unitaria de San Xoán do Alto al otro lado de la carretera. Es el único edificio a la vista en varios cientos de metros a la redonda y hasta hace poco estaba vacío. Pero desde hace unos meses, la escuela infantil es parte de la vida de Chelo y viceversa. Todos los niños la conocen y se ven cada día, aunque solo sea para intercambiar saludos desde la ventana cuando el apuro no le permite ir a verlos. Está encantada con el cambio. "Gústame ver xente e se son nenos máis aínda, que me gustan moito", asegura. No es solo su opinión, dice que otros vecinos con los que habló del tema piensan lo mismo. Los niños dan compañía y, además, "para que se vai deixar estropear os edificios?", dice.

Como buenos vecinos, se echan una mano en lo que haga falta. Chelo les da agua de su pozo, les enseña cómo se trabaja la huerta y les cede una carballeira que tiene cerca de casa y que los pequeños ya bautizaron como "el bosque de Chelo". Y no es la única, otros vecinos también se pasaron a explicar que también ellos estudiaron allí o a prestar un apero si hace falta. "Os nenos teñen unha vinculación afectiva con eles e tamén queremos que vexan que a vida no rural é posible", explica Bibiana Marful.

"Para o que teña nenos, isto está ao ladiño e así tamén se lle dá uso á escola", dice una vecina de San Xoán do Alto

María Jesús Vázquez es una de las vecinas que estudió en esa unitaria. En aquellos tiempos, recuerda, "había nenos en todas as casas, non era como ahora". También está contenta con el cambio, aunque ella está más alejada. Pero aún así, "óense griletear desde aquí", cuenta a la puerta de su casa. "Para o que teña nenos está ao ladiño e dáselle uso á escola", justifica.

Asegura que no interfiere en las actividades de los vecinos, aunque la comida del San Xoán prefirieron hacerla fuera porque dentro está todo el material escolar. "Se o Concello arreglara a vivenda —un edificio aledaño—, habería moito máis sitio para todos", indica.

El concejal de Medio Rural asegura que antes de ceder una escuela unitaria siempre se hace una prospección entre los vecinos para conocer su opinión, y que hasta ahora siempre se han mostrado "encantados".

En el caso de Chelo, las mañanas son más alegres desde hace un tiempo. "Ahora teño máis compañía", confiesa. Se la dan los niños y también los peregrinos que, cada vez con más frecuencia, le piden fotografiar su hórreo.

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