El juzgado cita al concejal Daniel Piñeiro por los vertidos al Rato en A Garaballa

El edil de desarrollo sostenible y personal tendrá que declarar como investigado el próximo día 18 por un presunto delito contra los recursos naturales, si bien el Concello asegura que el problema que originó la fuga está solucionado

Vertidos en el entorno del tanque de tormenta de A Garaballa, este lunes, y Daniel Piñeiro. SEBAS SENANDE-AEP
photo_camera Vertidos en el entorno del tanque de tormenta de A Garaballa, este lunes, y Daniel Piñeiro. SEBAS SENANDE/AEP

El concejal delegado de desarrollo sostenible y personal, Daniel Piñeiro, ha sido llamado a declarar el día 18 de julio en el juzgado de Instrucción número dos. Esta sala abrió diligencias, a instancias del Ministerio Fiscal, por los vertidos de aguas residuales al río Rato que reiteradamente se han producido en la zona de A Garaballa. El juzgado investiga un presunto delito leve contra los recursos naturales y cita al concejal a declarar en calidad de investigado. 

El problema con las residuales en esta zona de la ciudad viene de hace ya años. En los últimos tiempos, la Xunta de Galicia sancionó al Concello por un vertido en septiembre del año pasado y le impuso una multa de 3.000 euros. La administración autonómica tramitó otra denuncia con posterioridad a esa por el mismo motivo, en enero de este mismo año. Además, en el mes de mayo pasado, volvieron a salir aguas residuales en ese punto al cauce del río Rato, que provocaron un olor nauseabundo y las quejas de los vecinos, lo que desencadenó una investigación por parte de agentes de la Consellería de Medio Ambiente.

El BNG también denunció ante el Seprona y ante la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil (CHMS) estas continuas salidas de aguas de saneamiento, haciéndose eco de los residentes en el entorno, quienes se ven afectados por los malos olores que se crean y los insectos que atraen las aguas residuales que van a la parte alta del río Rato. Esta diligencia del Bloque podría estar en el origen de la investigación que realiza ahora el juzgado de instrucción número dos de Lugo.

PROBLEMA SOLUCIONADO. Según fuentes municipales, el problema que dio pie a estos vertidos en el pasado está ya solucionado, por lo que no deberían volver a producirse situaciones como las que han dado pie a la denuncia. Según explicaron representantes del gobierno local, la razón de esta salida de aguas residuales hacia el río Rato residía en la falta de mantenimiento del tanque de tormentas de A Garaballa. Esa dotación se construyó dentro de los contratos de obras del plan E que la Administración central puso en marcha al inicio de la crisis económica para estimular el mercado de trabajo. Sin embargo, cuando se terminó la obra y la Confederación Hidrográfica Miño-Sil la entregó al Concello de Lugo, su mantenimiento no pudo incluirse en el contrato del ciclo del agua, como sucede con el resto de tanques de tormentas del municipio, porque el acuerdo contractual con Aquagest ya había caducado y la normativa impide añadir nuevas obligaciones cuando se da esa circunstancia. El contrato del ciclo del agua no fue renovado desde entonces, por lo que esta infraestructura permaneció al margen de los trabajos de mantenimiento.  

El gobierno local señaló que hace apenas dos meses resolvió ocuparse de ese pozo de tormentas por gestión directa, es decir, ponerlo a punto con la intervención de personal municipal. Así, el Concello ordenó en el mes de mayo desbrozar la parcela y poner los sistemas eléctricos en funcionamiento para que esta infraestructura pueda cumplir la finalidad para la que está diseñada. 

El tanque de tormentas se instala para captar el aluvión de aguas cuando hay una descarga de precipitaciones muy intensa y la red de saneamiento no puede asumirla. Desde el tanque se redistribuye la avenida entre distintos colectores con un sistema de compuertas. Si la afluencia es desmesurada puede darse la circunstancia de que el propio tanque saque agua al exterior por un aliviadero, pero esta circunstancia, indicaron fuentes municipales, está permitida. 

El propio gobierno local admite que la falta de mantenimiento del tanque de tormentas de A Garaballa impedía que realizara la función para la que fue diseñado, por lo que, de manera ocasional, en días de fuertes precipitaciones,  las aguas residuales llegaron al cauce del Rato arrastrando residuos, aunque nunca se produjo muerte de fauna.

Hay 15 tanques de tormenta
El sistema de saneamiento de Lugo cuenta con un total de 15 tanques de tormenta, diseñados para reducir la posibilidad de inundaciones cuando el volumen de lluvia es tal que la red no puede asumirlo. Son fácilmente reconocibles porque parecen pequeños cobertizos de madera. 

Según indicó el gobierno local, aunque en A Garaballa no se realizaba el mantenimiento, en los 14 tanques restantes el control es constante y se revisan varias veces a la semana.
 

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