Del coche 'huevo' al Amilcar

Más de 120 vehículos participaron en la primera concentración de clásicos Vila de Sarria, que reunió a numeroso público. Los modelos, algunos de hace casi un siglo, causaron expectación

Vehículos en la concentración de clásicos Vila de Sarria. VILA
photo_camera Vehículos en la concentración de clásicos Vila de Sarria. VILA

La primera concentración de vehículos clásicos Vila de Sarria acercó este domingo hasta la localidad un siglo de historia del motor. Más de 120 automóviles participaron en este encuentro, el cual reunió a numeroso público, admirado ante joyas como un Iso Isetta, conocido como el coche huevo, o un Amilcar CGS fabricado en los años 20.

Estos últimos fueron dos de los modelos más comentados, en un encuentro al que asistieron propietarios de vehículos de época de toda Galicia, León, Asturias, Barcelona "e incluso un gaditano", explica Jesús González, secretario de la asociación Clásic@s Sarria, organizadora del evento.

La cita, en la que tomaron parte 250 personas —sin contar los múltiples espectadores que se acercaron a ver estos modelos únicos— se celebró en la Praza da Vila y aledaños, donde estuvieron expuestos los coches, así como en la sociedad La Unión, en cuyas instalaciones se sirvió la comida.

Los jardines de esta entidad acogieron también en exposición algunos de los vehículos más singulares, como una camioneta de madera del año 1922, o el Amilcar, datado entre 1923 y 1926.

Apodado como fotingo o supositorio por sus formas, este modelo se convirtió en una de las estrellas de la concentración. Según indica su propietario, Julio Francisco González, fue su abuelo quien lo compró en el año 1950 en Madrid para regalárselo a su padre en un intento de que dejase el fútbol que tantas lesiones le causaba. Su progenitor, que por aquel entonces tenía 14, no dudó en elegir este modelo fabricado en Francia, fascinado por el diseño de un vehículo que "se supón que competiu en carreiras".

"Meu pai circulou con el toda a vida ata que comprou un 600", apunta el vecino Julio Francisco González, Gua, quien lo restauró "desde cero" hace unos años.

Junto al Amilcar, otro de los grandes protagonistas del encuentro de coches clásicos fue el Iso Isetta del sarriano Eugenio Sanmartín. Su propietario tenía solo 16 años cuando quedó prendado de la peculiar forma de aquel utilitario, con el cual se topó por esas casualidades de la vida.

"Estabamos de matanza na miña casa e non chegaban as tripas", recuerda Sanmartín, quien fue a buscar más por encargo de su madre a la empresa de embutidos de Guillermo Kappler. Nada más llegar se quedó mirando "para un coche pequeniño que había alí". Viendo el interés del joven, Kappler se ofreció a vendérselo, dándole todas las facilidades. Cerraron el precio en 11.000 pesetas, que debían ser abonadas en un plazo de tres años.

Hijo de una afamada pulpeira, el joven Sanmartín y su hermano trabajaron en la feria de Pedrafita y, con esos ingresos, consiguieron pagar el Isetta "en siete meses".

Lo utilizó durante dos años pero al final acabó relegado hasta que hace un tiempo lo restauró por completo. "Este é un huevo feito en España, que leva os faros pegados á carrocería. Non creo que hoxe haxa ningún en España como el", afirma su propietario.

La concentración, en la que participaron otros muchos modelos, contó también con un apartado dedicado a Citroën con motivo del centenario de la marca.

Una ruta por la comarca de Sarria 
Los participantes en la primera concentración de clásicos Vila de Sarria realizaron un recorrido turístico por la comarca. La ruta, de algo más de 40 kilómetros de longitud, los llevó por los concellos de Sarria, Samos y Láncara, pasando por lugares como la ermita de Os Remedios, Loureiro, Castroncán, el monasterio benedictino de Samos, Zoó, los murales de Monseiro, Seteventos o Ferreiros. 

Recepción en O Chanto 
Los asistentes se reunieron por la mañana en el parque de O Chanto para la verificación de documentación y la entrega de acreditaciones. Desde allí iniciaron la ruta, que finalizó en la Praza da Vila, donde los vehículos permanecieron expuestos el resto de la jornada. En este lugar, les esperaba la música y el baile de los grupos de Meigas e Trasgos. 

Actuación musical 
Ya en la sociedad La Unión, la sesión vermú y la sobremesa estuvo amenizada por Taninos Maduros Jazz Band. Hubo también una entrega de premios y un sorteo.
El club Clásic@s Sarria se muestra muy satisfecho con este encuentro y se propone darle continuidad y ampliarlo en 2020.

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