Foz mantiene viva la devoción en el día del Carmen pese a las restricciones

La Confraría da Virxe do Carme recordó con un ramo de rosas rojas a los doce náufragos del Jesús Nazareno, hundido hace 75 años

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photo_camera Luis e Inés sujetan la cinta del ramo de homenaje, flanqueados por integrantes de la cofradía del Carmen.

Es un día del Carmen diferente, pero en ninguna localidad costera pasa desapercibido que este jueves es el día de la patrona de los marineros y menos en Foz, donde este año se cumplen 75 desde la tragedia del Jesús Nazareno, el barco que se fue a pique el 18 de julio de 1945 "deixando doce viúvas e 24 orfos".

Generated by  IJG JPEG LibraryLo recuerda Jesús Castiñeira de la Confraría Virxe do Carme de Foz, que cada año se encarga de la organización de los actos religiosos de unos festejos que, cada lustro, recuerdan a sus fallecidos en la peor tragedia marítima que se recuerda en Foz.

La parada de la procesión en el cruce de la calle que lleva el nombre de la embarcación, en pleno barrio pesquero focense, donde se rinde homenaje a los marineros fallecidos mientras la banda interpreta el 'Toque de Silencio', se ha sustituido este año con un simbólico acto, celebrado al mediodía del miérolesr.

Dos familiares directos de los fallecidos -Inés Fraga Naray, la hija del marinero Jesús Inocente Fraga, y Luis Burundarena Fraga, nieto del patrón Ramón Fraga Couto, conocido como "lacón"- colocaron sobre la placa en piedra que recuerda la tragedia un ramo de doce rosas rojas con la leyenda 'Sempre no recordo'.

"É un acto co que dende a Confraría da Virxe do Carme recordamos a data e non esquecemos a toda a xente do mar, sobre todo aos náufragos, que xa que a santa non os puido salvar agardamos que os teña debaixo do seu manto a bo recaudo", cuenta Castiñeira, cuya vida, como la de la inmensa mayoría de las familias de antaño de Foz, está vinculada al mar. Su padre, recuerda, era uno de los marineros del Jesús Nazareno, "pero a su estrela foi que fora chamado un mes antes para facer o servizo militar", recuerda.

Con inmensa emoción, Inés Fraga, a la que todo el mundo en Foz conoce por Sita, recuerda lo que fue la vida de su familia tras el naufragio. Es la más joven de los niños huérfanos y su madre, de la noche a la mañana, se vio sola y con cuatro pequeños, de entre dos y seis años. "Deitábase con nós e erguíase para ir traballar á fábrica e estabamos esperando que lle desen os cartos para comer. Noutras familias aínda quedou algún maior que axudaba a gañar na casa, pero na nosa non e miña nai tivo que empezar de cero e lle pagaban por viúva trece pesos, que non era nada", relata con emoción, pero con una gran admiración hacia su madre, que dejaba a los críos solo en casa para ir a trabajar, y que además de sacar a todos adelante con gran sacrificio cuidó posteriormente a dos niños de una de sus hijas fallecida con 33 años. "Miña nai morreu con 74 anos chea de sacrificio, como todas as viúvas, pero ela por partida dobre", asevera Sita.

"As viúvas nunca se quitaron o luto e eu as recordo sempre de negro cun pano na cabeza"», dice Luis Burundarena, de una de las familias más castigadas por la tragedia, pues "ademais do meu avó morreron dous dos seus fillos, un irmán da miña avoa e un cuñado. Foi unha familia moi tocada, eu crieime practicamente coa miña avoa e vivín o mal que o pasaron", cuenta.

Generated by  IJG JPEG LibraryEl nieto del malogrado patrón recuerda que casi todos los fallecidos vivían en la misma calle y buena parte de ellos estaban emparentados; "De feito, nesta rúa hai moitos Fraga de apelido", señala, mientras rememora que la tragedia no impidió que la gente siguiera yendo al mar. "Era o que había daquela, as mulleres nas conserveiras e os homes ao mar", relata. Él mismo con doce años ya empezó a trabajar y dos más tarde iba ya al arrastre en A Coruña; también Sita empezó tan joven en la fábrica "que non chegaba á mesa para descabezar o peixe e poñíanme un banco".

Para ella, O Carme nunca ha sido sinónimo de fiesta, sino de dolor y es que el tiempo no lo cura todo. Hace casi 75 años de una tragedia que quedó grabada en el pueblo y por la que se suspendieron las fiestas de San Lorenzo, en agosto, "o único ano que quedaron suspendidas". Una frase de Castiñeira, a la que bien puede añadir "ata este", pues el Covid también se llevará por delante las fiestas del verano, tal y como se conocían hasta ahora.

"O de hoxe será un día do Carme moi diferente", asevera el alcalde focense, Fran Cajoto, que ha preparado desde el Concello diversos actos para conmemorar el día de la patrona de los marineros. "Faremos pequenas actuacións musicais na rúa, con cadeiras para cumprir o aforo limitado", asevera el munícipe.

La misa se traslada al Martínez Otero
La misa en honor a la Virgen del Carmen se celebra este año en el pabellón del colegio Martínez Otero, con el fin de contar con más espacio para facilitar la distancia de seguridad obligatoria entre los fieles. Será al mediodía y oficiada por el párroco de la localidad, Antonio Valín. No será el único acto en la villa, pues se mantiene a las ocho el oficio por los náufragos, en este caso en la iglesia, con limitación de aforo.
Viveiro
En el municipio vivariense se oficiarán dos misas, ambas a las ocho de la tarde, una en Santa María de Magazos, donde se estuvo celebrando la novena y otra en San Francisco, donde hubo un triduo. En Santa María de Lieiro, en San Cibrao, el oficio será a las siete, mientras que en Burela está fijado al mediodía en la iglesia de Santa María, a la que se bajó desde Vila do Medio la imagen de la santa que sale en procesión.
2 coronas
Se lanzarán al mar en Ribadeo, tras bendecirse en la misa de las ocho de la tarde en Santa María do Campo. Una de ellas la hicieron los mayores de la residencia.

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