El confinamiento, un enemigo para los pacientes que sufren alzhéimer

▶ Afalu dispone de 36 profesionales que atienden, durante el estado de alarma, las necesidades de los familiares de sus usuarios
Una de las sesiones de terapia de Afalu, ahora interrumpidas. AEP
photo_camera Una de las sesiones de terapia de Afalu, ahora interrumpidas. AEP

El confinamiento está siendo un infierno para muchos pacientes de alzhéimer y para sus familias y Afalu lucha para intentar que la situación no les sobrepase, ya que cuidar a un enfermo las veinticuatro horas no es fácil.

Ante los problemas que viven las familias, Afalu cuenta con un teléfono de atención 24 horas (607843384) para resolver todo tipo de dudas y necesidades de las personas que, durante el estado de alarma, ejercen de psicólogos, terapeutas y trabajadores sociales sin serlo. “Damos mucho apoyo para la adaptación del hogar, porque no es lo mismo estar confinados en un piso que en una casa con una parcela. Damos claves básicas pero reales, enfocadas en aspectos emocionales, físicos, para hacer más llevadera esta situación tan complicada”, explican.

PREOCUPACIÓN. La presidenta de Afalu, Carmen Pena, asegura que, antes que los propios pacientes, su primera preocupación son las familias. “No es lo mismo tener a tu familiar todo el día atendido en el centro de día, alimentado y cuidado, que en casa 24 horas al día. Eso hay que vivirlo y me duele, porque la familia no descansa, se agota”, subraya.

Se ve ahora la importancia de los centros y unidades asistenciales, reivindica Pena. “Tenemos mucha suerte en España y sobre todo en Galicia, porque la red que tenemos aquí no la tiene nadie”, explica, y pide que se trate a estas personas como lo que son. “No son persona mayores, son personas enfermas y deben estar en un sitio adecuado para ello”.

Carmen Pena: "Tenemos mucha suerte en España, y sobre todo en Galicia, de la red de centros de día. Aprovechémoslos"

En Lugo, Afalu es la encargada de velar por todas aquellas personas que sufren deterioro neurodegenerativo. Lo hacen a través de dos centros, la unidad asistencial situada en la avenida Infanta Elena y el centro de Alzheimer y otras demencias neurodegenerativas ubicado en la calle Juana la Loca, donde, hasta el 16 de marzo, fecha de cierre de ambos centros por el coronavirus, atendían diariamente a cerca de 80 pacientes.

“Los centros están cerrados pero seguimos trabajando para hacer un seguimiento de todos sus usuarios y sus necesidades”, explica Valentín Calvín, director de los centros de día que gestiona Afalu en la provincia.

Desde ese 16 de marzo, Calvín se encuentra en comunicación directa con la Consellería de Política Social para organizar el seguimiento a los usuarios. “Desde Política Social se nos dio orden de hacer una evaluación estrecha de todos ellos, y en esas estamos. Hemos montado un dispositivo para controlar la parte biológica, cómo están de salud, tanto física como psicológicamente, y lo hacemos hablando con las familias, porque convivir con este tipo de usuarios, y más en un estado de confinamiento, es muy complicado”.

Desde Afalu se han puesto en marcha estrategias a través de un equipo profesional compuesto por 36 personas que no han descansado desde el inicio de esta crisis. Una de ellas es Judit Lorenzo, psicóloga de la asociación, que explica que la implicación de todos sus compañeros —auxiliares, trabajadores sociales y técnicos— es “increíble, a nivel de ayudarles en casa, sobre todo en actividades de estimulación cognitiva y actividades lúdicas”.

Valentín Calvín: "Hemos montado un dispositivo de evaluación para controlar todos los aspectos en contacto con las familia"

Lorenzo asegura que este tipo de medidas son necesarias porque son pacientes que necesitan una atención profesional y especializada. “Compartir vivienda con alguien con demencia es muy difícil; una de las demandas que más tenemos llegan por parte de los familiares y cómo gestionar estas situaciones con ánimo positivo”.

La Federación Alzhéimer Galicia (Fagal) propone avanzar en el modelo de atención ante la situación generada por la pandemia del Covid-19. El colectivo denuncia que el actual modelo de atención residencial, “baseado en grandes centros onde a atención é xeralizada para todos os residentes” es muy mejorable “e non responde ás necesidades da sociedade actual”.

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