Cinco concellos de Ribeira Sacra acaparan tres cuartas partes de las 1.250 hectáreas de viñedo

Quiroga, Sober, Pantón, O Saviñao y Chantada están al frente de una lista que completan otros 14 municipios
Un recolector posa junto a unas cajas de uva durante una vendimia. AEP
photo_camera Un recolector posa junto a unas cajas de uva durante una vendimia. AEP

Cerca de tres cuartas partes de los viñedos que ampara la denominación de origen Ribeira Sacra se concentran en cinco ayuntamientos. Son los de Quiroga, Sober, Pantón, O Saviñao y Chantada. En total suman 881 hectáreas de las 1.251 controladas por el consejo regulador. El resto de la superficie vitivinícola, la cuarta parte restante, se reparte entre nada más y nada menos que catorce municipios.

Al frente de la lista se sitúa Quiroga, con 236,43 hectáreas registradas el pasado año. Se trata de un territorio que en el año 2005 solo contaba con 160, pero que ha sido capaz de incrementar su superficie poco a poco, aunque en ello ha tenido mucho que ver la apuesta de la bodega Rectotal de Amandi, ubicada en Sober, que realizó una importante plantación en un monte cercano a la capitalidad quiroguesa. El lugar elegido fue Campo de Vila, donde roturó 30 hectáreas para plantar vides.

En segundo lugar se encuentra Sober, con 205 hectáreas de viñedos. De ellos salen las uvas necesarias para que sus 35 bodegas (es la cifra más alta de productores de los municipios adscritos a la denominación de origen) elaboren los caldos que anualmente salen al mercado, pero también para abastecer a alguna factoría de otra subzona que busca en la zona de Amandi un fruto de calidad para elaborar sus caldos más exclusivos.

Sober es el lugar donde más bodegas hay en funcionamiento, un total de 35, seguida de Chantada con 13. Pantón tiene 9

La tercera posición en la tabla la ocupa Pantón, con 183,61 hectáreas dedicadas al viñedo. Se mantiene en este puesto a pesar de que en los últimos años ha ido poco a poco perdiendo terreno, como lo demuestra que en 2017 dispusiese de 232 hectáreas.

Esta cifra pueden dar un vuelco si el consejo regulador de Ribeira Sacra incluye en su catálogo de terreno protegido dos grandes espacios (están situados en las parroquias de Espasantes y Pantón) que el empresario hotelero con raíces en el municipio Lorenzo López ha plantado principalmente con variedades blancas.

Su idea, según las fuentes consultadas, es producir un vino propio en una antigua rectoral que rehabilita en Pantón para vender en los restaurantes de los varios hoteles que regenta en las Islas Canarias.

La clasificación continúa por O Saviñao. Está de cuarto en el ránking con 142,65 hectáreas. Se trata de un municipio que mantiene su superficie de viñedos desde hace años casi inalterable, como el número de bodegas asentadas en el territorio, un total de siete.

El quinto puesto es para Chantada, con 115,90 hectáreas. Como en el caso de sus vecinos del otro lado del río Miño, el viñedo no ha perdido terreno y es lo suficientemente grande para dar servicio a las 13 bodegas de esta subzona, la que cuenta con más de toda la Ribeira Sacra después de Sober.

Entre los municipios con menos hectáreas están Paradela, Monforte, Portomarín o Nogueira de Ramuín

POCA PRODUCCIÓN. En el otro extremo de la lista se encuentran municipios como Paradela, con 0,39 hectáreas; o Monforte, Nogueira de Ramuín y Portomarín que no alcanzan ni las diez. Poco más tienen Taboada, A Pobra de Trives y Carballedo.

Esa falta de viñedo quizá tenga que ver con las pocas bodegas que suman en conjunto estos municipios, solo ocho.

En Paradela y Portomarín, según los datos referidos a 2019 publicados por el consejo regulador de Ribeira Sacra, no hay ninguna en funcionamiento.

Carballedo cuenta con un elaborador, al igual que Nogueira de Ramuín. En Monforte hay dos, un número similar al de Taboada y A Pobra de Trives.

LA COSECHA. La última campaña de vendimia se cerró en octubre con cifras récord de recogida de uva. Fueron un total de 7.262.831 kilogramos, con los que se podrán elaborar en torno a los 50.000 hectolitros de vino.

Se espera, como en años anteriores, que la calificación de la cosecha de 2019 sea catalogada por los expertos como excelente.

Un vino que gusta especialmente en Ourense 
El 2019 fue un buen año para la comercialización de los ribeira sacra. En Galicia es un vino que gusta especialmente a los vecinos de Ourense, donde se vendieron 14.000 hectolitros. En segunda posición se colocaron los lucenses, con un consumo de 7.500, como si los caldos no fueran todo de su agrado. 

Donde menos 
La provincia de A Coruña ocupa el tercer lugar, con 6.000 hectolitros. En Pontevedra solo se colocaron 3.500.

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