Opinión

Amigos de Pedro

SUMAR amigos es un sano ejercicio de convivencia, pero más difícil de lo que parece. Además del afecto, el aprecio o la fascinación juega, a veces, especial relevancia el interés. Hay amigos de conveniencia. No se sabe si es el caso de Pedro Sánchez, pero lo cierto es que adicionó, dicen, más de medio millar desde que está al frente del Ejecutivo, repartiendo cargos. Otros lo hicieron antes, quizá más pausadamente. Unos sabrán agradecérselo y los más, si te he visto no me acuerdo cuando deje de mandar. Pero el mayor reproche a Sánchez surge ahora por el nombramiento de su mujer, Begoña Gómez, como responsable del Instituto de Empresa. Sin cuestionar la valía profesional de la señora Gómez, con veinte años de experiencia en consultoría, a los mal pensados les llama la atención que haya sido precisamente en este momento cuando se le designe. ¿Habría ocurrido de no ser su marido presidente del Gobierno? Es una pregunta que para algunos tiene respuesta clara. Todos los allegados de los que mandan y deciden tienen pleno derecho a alcanzar logros profesionales como si no lo fuesen, pero ello no está reñido con guardar las formas.

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