Y ahora... ¿cómo nos saludamos?

El veto de la OMS al choque de codos abre un abanico de opciones, desde las religiosas hasta las más frikis, pasando por un simple "hola"
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photo_camera Vulcano, mano en el corazón, Namasté y Shaka. EP

Estamos acostumbrados a darnos la mano, dos besos, incluso a abrazarnos si hay confianza. Costumbres arraigadas durante años en nuestras latitudes que se fueron al traste de un plumazo con el coronavirus. Quedó ese tímido choque de codos, que ahora también la OMS desaconseja porque supone una cercanía inadmisible para combatir el coronavirus. ¿Y ahora qué nos queda?

Ese choque de codos es conocido como el saludo de Wuhan, donde empezó la pandemia. El relevo lo toman desde la antítesis, Estados Unidos, sin meterse en complicaciones. Los estadounidenses están reevaluando rápidamente su enfoque de la forma más básica: decir "hola" y punto.

Pero hay otras opciones. Un gesto que recomienda el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, es el saludo hindú de namaste, que se acompaña de la unión de las palmas de las manos, con los dedos apuntando hacia arriba y llevando las manos al corazón. "Me gusta poner la mano en el corazón cuando saludo a la gente en estos días", dijo el líder mundial, originario de Etiopía.

Por ejemplo, el príncipe Carlos de Inglaterra, saludó a los invitados con el higiénico namaste en la recepción de la Commonwealth. También el primer ministro Benjamin Netanyahu anima a los israelíes a adoptar esa manera de saludarse para mitigar la propagación del coronavirus.

Luego está el signo de shaka, muy utilizado entre los surfistas, que implica tres dedos del medio doblados hacia abajo y la posterior ola de la mano mientras el meñique y el pulgar apuntan hacia arriba. Sus orígenes son discutidos, pero muchos nativos hawaianos lo muestran como una forma de decir "¡Oye!" o "¡Genial!". Se trata de una señal de respeto y afecto.

La gente en los países orientales y también en los musulmanes tiene una amplia variedad, casi siempre sin contacto físico. En Irán, en las partes más conservadoras del país, es común colocar la palma de la mano sobre el corazón, mientras se inclina y se hace una reverencia. Muy lejos de ese lugar, el embajador de Suecia en Kosovo fue fotografiado a principios de esta semana poniendo su mano derecha sobre su corazón.

También se ha sugerido hacer una reverencia, un gesto con raíces en Asia y Europa. Este ademán puede consistir simplemente en bajar la cabeza o en una flexión más elaborada del torso. Al igual que algunos gestos con la mano, este acto no se reserva para los saludos, sino que también puede emplearse para expresar respeto, gratitud o remordimiento.

Mientras que algunas personas pueden buscar opciones entre tradiciones y prácticas que abarcan cientos de años en países que se encuentran a miles de kilómetros de distancia, una opción para el contacto no físico más cercano es el saludo Vulcano: el gesto de la mano popularizado por Star Trek. Durante décadas, millones de fans de la serie de televisión han utilizado este gesto, que consiste en levantar la mano, con espacio entre los dedos medio y anular, y los dedos índice y pulgar.

Chocarse los pies es otra opción, pero quizá demasiado equilibrista para resultar cómoda. Y lo más fácil, levantar las cejas, o si tiene usted la habilidad de Carlos Sobera, elevar solo una. Una reverencia inclinando el torso se antoja suficiente, lo mismo que un simple levantamiento de cejas por encima de la mascarilla.