Acúfenos: el sonido del silencio

PERCIBIR UN sonido en uno o ambos oídos cuando no hay una causa externa que lo provoque, incluso cuando hay un completo silencio ambiental. A este fenómeno se le denomina acúfenos o tinnitus. Aunque no provenga de una causa externa y nadie más lo oiga, este sonido no es producto de la imaginación de la persona que lo sufre, sino que tiene una causa fisiológica.

Estrictamente hablando, el acúfeno no es una enfermedad, sino un síntoma que tiene múltiples causas posibles. Los acúfenos se manifiestan como sonidos o ruidos de tipo muy diverso (silbido, campanilleo, susurro, zumbido, chirrido, etc.). Estos pueden percibirse de manera continuada o interrumpida, en mayor o menor volumen, y también en diferentes tonalidades

Existen cientos de causas que pueden desencadenar la aparición de los acúfenos, como una infección, el consumo de ciertos medicamentos, las perforaciones del tímpano, un aneurisma, alergias, la hipertensión arterial, la diabetes, una depresión, el hipertiroidismo, un tumor en el nervio acústico o incluso alguna lesión en las cervicales o en las mandíbulas. Otras teorías apuntan a que estos pacientes pueden tener una zona del córtex cerebral auditivo activada permanentemente por alguna anomalía. Sin embargo, parece que es la exposición a ruidos de gran intensidad una de las más frecuentes. El incremento de los niveles de ruido ha crecido de forma desproporcionada en las últimas décadas y, solo en España, se calcula que al menos 9 millones de personas soportan niveles medios de 65 decibelios, siendo el segundo país, detrás de Japón, con mayor índice de población expuesta a altos niveles de contaminación acústica.

El incremento de los niveles de ruido ha crecido de forma desproporcionada en las últimas décadas

Los acúfenos que se asocian a alguna patología son más fáciles de diagnosticar y por tanto más fáciles de controlar, basta con tratar la enfermedad de base. Así, es más común el trastorno en pacientes mayores en los que existen factores vasculares y pérdidas auditivas y que presentan un mejor pronóstico. Los casos más complejos son aquellos en los que existe una audición normal y no se detectan factores de riesgo evidentes.

El 50% de la población en algún momento de su vida ha tenido un acúfeno; de ellos el 10% tiene un ruido persistente las 24 horas del día y para un 2% a un 3% de estas personas supone un problema que altera su calidad de vida, afectando de forma negativa la concentración, el trabajo, el sueño, la relajación, la comunicación normal con los demás e incluso conducir a una depresión psicológica.

Cuando no se identifica trastorno alguno cabe pensar que el origen del acúfeno no se encuentra en el oído, sino que está en el área del cerebro que procesa las señales sonoras. En ello hay un consenso prácticamente total; el acúfeno cualquiera que haya sido su causa y aun cuando esta causa haya cesado, provoca una hiperactividad neuronal permanente que se manifiesta como un ruido que no existe, pero que la persona percibe.

A pesar de que no existe un tratamiento efectivo todavía, en los últimos años se han producido avances tanto a nivel de aplicaciones tecnológicas (terapias de enmascaramiento o reentrenamiento) como farmacológicas (casi siempre combinadas) que logran disminuir la intensidad del acufeno y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Abecedario del acúfeno:

A. La sobreexposición al ruido es su causa principal.

B. La sensación del acúfeno aumenta por la noche, ya que durante el día queda enmascarado por los ruidos ambientales y el silencio nocturno hace que el cerebro centre su atención en el acufeno.

C. No producen pérdida de audición ni sordera, aunque se pueden manifestar simultáneamente.

D. El acúfeno no interfiere con la audición, pero si afecta a la capacidad de atención.

E. El acúfeno es más molesto cuando se acompaña de pérdida de audición, ya que los sonidos exteriores no enmascaran el acufeno.

F. Hay hábitos que ayudan si se sufren acúfenos: evitar ambientes ruidosos y sonidos fuertes, evitar los cambios bruscos de temperatura o presión, hacer ejercicio diario, evitar el alcohol y el tabaco asi como sustancias excitantes (café, té…), distraer la mente y procurar no obsesionarse con los acúfenos y evitar el estrés y la fatiga.

G. Los acúfenos aumentan entre la población juvenil, en torno a un 80% de los jóvenes lo han sufrido alguna vez.

H. En caso de padecerlo, acudir al especialista de otorrinolaringología que podrá diagnosticarlo y tratarlo.

[email protected]

Más en La ventana del Experto
Comentarios