Un absurdo muy clarificador

El último y público robo en el balneario de Guitiriz ejemplifica el expolio sufrido por un complejo cuya venta está a punto de cerrarse
Los jubilados coruñeses, con su botín en Guitiriz. EP
photo_camera Los jubilados coruñeses, con su botín en Guitiriz. EP

Han pasado cuatro días desde que un grupo de jubilados coruñeses decidiera asaltar a plena luz del día las instalaciones del Hotel Balneario de Guitiriz y el esperpéntico robo sigue siendo la comidilla del pueblo. Y más allá, porque el suceso, por la manera de proceder de sus autores, ha tenido repercusión incluso a nivel nacional. No todos los días una banda organizada de la tercera edad afana sacos y cajas de menaje o ropa de cama de un edificio abandonado, simplemente porque está ahí, porque se puede.

Los guitiricenses no salen de su asombro y expresiones como "¡Qué verguenza!" o "Parecía que ían á feira!" forman parte de cada conversación y se extienden por las redes sociales, en las que no faltan los comentarios jocosos.

Pero lo cierto es que este último y absurdo capítulo, que se resolvió con la identificación de los presuntos ladrones y la intervención del material sustraído —depositado en el cuartel a la espera de que alguien lo reclame—, no ha hecho más que poner de manifiesto el constante expolio sufrido por un complejo termal de cuatro estrellas que era un referente y ahora languidece a merced de aventureros, ladrones o exploradores youtubers.
Desde que el balneario cerró en la primavera de 2017 se han sucedido los allanamientos y se ha presentado ante la Guardia Civil al menos una decena de denuncias por asaltos de todo tipo. Grifería, cableado, maquinaria, quads, lámparas, ropa... La reciente aventura de los jubilados muestra que todo vale para los amigos de lo ajeno, que en las reiteradas incursiones también han causado incontables desperfectos.

Tanto el antiguo propietario como la administración concursal han intentado prevenir estos sucesos con la presencia de patrullas de la Guardia Civil, que han llegado a identificar a varias personas o incautar material robado, pero la extensión del lugar y los múltiples puntos de acceso, más allá de las entradas oficiales, hacen imposible frenar estos incidentes.

El Concello, que no tiene potestad por tratarse de una propiedad privada, se comprometió a abrir y cerrar una verja para facilitar el acceso a la fuente mineromedicinal, de uso público, y el personal municipal también supervisa o alerta si se encuentra algo sospechoso en un espacio que permanece en el limbo hasta que se concrete su venta.

La empresa madrileña Foro de Formación y Ediciones S.L. adquirió las instalaciones en una subastilla celebrada a finales de 2019 en el Juzgado de lo Social de Lugo por 4,5 millones de euros y los trámites del proceso de venta siguen su curso. Todo apunta a que los nuevos titulares prevén recuperar su uso como hotel balneario, una noticia que sería recibida con los brazos abiertos en Guitiriz, dadas las repercusiones positivas que tendría a nivel económico y social su ansiada reapertura.

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