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¿Votos propios o prestados?

Extrapolar el resultado de unas generales a unas municipales nunca fue una ciencia exacta

YA LO DECÍA Mariano Rajoy: "Es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde". Ese lioso mensaje con el que el expresidente trataba de criticar los pactos que alejan de las alcaldías a los candidatos más votados podría servir también para dar un aviso a aquellos que creen que los resultados electorales del pasado domingo en España pueden ser extrapolables a las municipales del 26 de mayo. 

Primer debate de los candidatos a la alcaldía organizado por Auxilia. SEBAS SENANDEPorque ojo, aunque se crea que la cercanía de ambos comicios puede crear tendencia y llevar en volandas a las alcaldías a los candidatos socialistas, la experiencia demuestra que sí puede influir el estado general del país a la hora de elegir presidente de Gobierno, pero cuando toca decidir a un regidor los condicionantes son otros. 

Con los números del domingo, la socialista Lara Méndez se encontraría en posición de revalidar el cargo con niveles de apoyo similares a los registrados por su antecesor en su segundo y tercer mandato, un escenario al que ayudaría la dispersión del voto de derechas, que podría dejar al PP en mínimos históricos de representación. 

Pero a estas alturas de la democracia en España, cualquier parecido entre unos comicios generales, autonómicos o locales es pura coincidencia y los partidos no se confían porque saben que hay votos prestados que pueden regresar a sus siglas o quedarse en casa si no convence el o la candidata. 

Aun así, las fuerzas que concurren en Lugo el 26-M deben de tener en cuenta las cifras que se han manejado en las últimas citas electorales. Así, el PSOE, que ha dirigido el gobierno local en los últimos 20 años, registró una tendencia a la baja que se acentuó en las municipales de 2015, cuando perdió casi 6.000 votos hasta quedar en 13.959 votos. Sin embargo, el vuelco del domingo volvió a colocar a los socialistas a las puertas de los 20.000 votos en la ciudad, una cifra que, de repetirse el día 26, reportaría a la lista de Lara Méndez 10 concejales. 

Mientras, el PP, que en las anteriores municipales obtuvo 15.132 votos, apenas perdería apoyos con los resultados del domingo, donde obtuvo 14.886 sufragios. Pero la subida del PSOE le dejaría con dos concejales menos que ahora, que podrían ir al casillero de Vox, el partido emergente de la derecha que el 28-A obtuvo con un candidato que ni siquiera pisó la ciudad 3.865 votos. Ciudadanos, que el domingo fue la tercera fuerza en la ciudad, también aprovecharía en el Concello el buen momento de su partido logrando un concejal más si repite los 7.286 votos de las generales. 

Entre las fuerzas de izquierda, la extrapolación de datos es si cabe más compleja, sobre todo porque el llamado voto útil jugó en favor de los socialistas el domingo. Y es que no resulta creíble la caída del BNG en 1.500 votos, que le dejaría sin representación, o que Lugonovo, vinculado a En Marea, no vaya a pasar de los 700 votos cuando es ahora la tercera fuerza del Concello. Además, está por ver si los 6.925 votos de Unidas Podemos van todos a parar el 26-M al partido de Pablo Iglesias o a Ace-EU.

El donut lucense

Un mapa de los resultados registrados el pasado domingo por mesas electorales en España y que fue elaborado por El País dibujaba en la capital lucense una especie de donut, donde la zona centro era azul PP, mientras que extramuros aparecía el rojo socialista. Ya en la zona rural, el dominio popular devolvía el color azul al mapa, aunque la mayor concentración de población en los barrios cimentó la victoria al PSOE.


Carballo no esconde siglas

El candidato popular de Lugo, Ramón Carballo, que es además el líder del partido en la ciudad, no esconde las siglas de su partido como parece que están haciendo otros alcaldables. De hecho, algunos históricos militantes populares están molestos con quienes tratan de aparecer como independientes justo en el momento en el que partido pasa por su peor momento en España y antes aprovecharon los días de bonanza.


El momento de pedir

Una cita electoral es un momento que aprovechan muchos colectivos para hacer públicas sus protestas o reivindicaciones. En unas elecciones municipales a quienes les toca exigir es a los funcionarios locales y a las asociaciones vecinales. En el caso de Lugo, los policías son los que están aprovechando la coyuntura para airear los problemas que arrastran, mientras el movimiento vecinal parece actuar de figuración.

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