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Maniobras precongresuales

PSOE y PP registran movimientos de cara a un otoño en el que toca actualizar direcciones

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photo_camera Elena Candia se abraza con Carballo tras ser elegida presidenta del PP de Lugo en 2016. ARCHIVO

Ahora que la pandemia ya no acapara toda la actualidad informativa y surgen nuevos frentes, desde bélicos hasta económicos, los partidos comienzan a prepararse por si vuelven a convocarse sorpresivas citas electorales como la madrileña, cuyo resultado descolocó a los analistas de la vieja ciencia política.

Y como la situación parece haber dejado de ser excepcional, los calendarios de renovación orgánica han vuelto a ponerse sobre la mesa y, en el caso de Galicia, los dos grandes partidos han puesto en el otoño el horizonte de la cuestión congresual.

El hegemónico PP tendrá convocatorias autonómicas y provinciales en las que todo apunta a una continuidad de libro, que es la que se suele aplicar cuando algo funciona. La continuidad de Feijóo sigue siendo una cuestión personal y entre tanto las cábalas se ciñen a analizar si una renovación de puestos en la dirección del PPdeG puede dar pistas para intuir hacia dónde puede caminar esa sucesión sine die.

El PP de Lugo también afrontará una cita congresual en la que no se prevén plebiscitos internos como los que tensionaron en 2016 el partido. Elena Candia, asentada como presidenta aunque alejada ahora del foco provincial tras cambiar el pazo de San Marcos por el de O Hórreo, no debería tener problemas para renovar su liderazgo a pesar de que entre los alcaldes del PP se percibe cierto desenganche con la dirección del partido, ahora que tanto Candia como José Manuel Balseiro están más dedicados a las tareas parlamentarias. Aun así, el exdelegado de la Xunta no pierde ocasión de reunirse con los regidores lucenses para conocer sus inquietudes y mantener así el pulso de la actualidad municipal que tan de cerca seguía en su anterior cargo.

Puede en todo caso que los cambios en la nueva dirección provincial del PP lleguen con la renovación de algunos cargos y el ascenso de otros actores con futuro como el actual delegado territorial de la Xunta, Javier Arias.

Donde parece que las maniobras precon-gresuales pueden ser más intensas es en el PSdeG, que también vivirá el próximo otoño un nuevo proceso de ajuste de direcciones marcado por los malos resultados de las autonómicas de 2020, donde Gonzalo Caballero tuvo que asumir los peores números alcanzados por una presidenciable socialista. Bien podría ser el que viene un congreso de renovación total si no fuera porque Caballero ha pedido a Ferraz el comodín de la segunda oportunidad que tuvieron otros como Emilio Pérez Touriño. De su continuidad dependerá el interés de otros barones socialistas por dar el paso, como es el caso del presidente de la Diputación coruñesa, Valentín González Formoso, quien en una reciente entrevista en este periódico ni confirmó ni desmintió si presentaría candidatura a unas primarias. Otra opción para rivalizar con Caballero sería un retornado José Ramón Gómez Besteiro, aunque los tiempos judiciales para su desimputación total son inciertos.

De la resolución del congreso autonómico del PSdeG también puede depender el devenir del provincial, donde a Patricia Otero podrían surgirle rivales con más apoyos internos que los que en 2019 concitó Xosé María Arias. Y es que desde algunos sectores socialistas se apunta una necesidad de dar más protagonismo al partido buscando una figura consolidada, un papel para el que ven como mejor posicionado al actual presidente de la Diputación de Lugo, José Tomé. Claro que todas estas maniobras precongresuales en la oscuridad están todavía en fase incipiente. Por ello seguiremos informando.

El BNG, sin competencia

El BNG vive sus mejores días desde que hace unos meses le arrebató al PSdeG la jefatura de la oposición y ya sin mareas que le hagan competencia encara su futuro con una líder consolidada, unas bases sin disidencias y una economía interna saneada, con la previsión de dejar su deuda a cero en 2022. En Lugo también cuenta con cargos públicos asentados y con otros que tratarán de asaltar alcaldías en los comicios de 2023.

La incógnita de Cs

La consolidación municipal de Cs en Lugo tuvo más que ver con el trabajo de sus dos ediles que con el momento del partido, aunque la escalada de bajas que sufre desde la salida de Albert Rivera puede afectarle, como atestiguan las encuestas. Medio centenar de militantes soportan en Lugo un proyecto político tan inconsistente como sus pactos de gobierno nacionales y por eso es hoy en día Cs es una incógnita.

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