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¿Cómo comen sus señorías?

Ángeles Novo Martínez es Dietista-Nutricionista en la Clínica Pontón Fisioterapia
El autoservicio es una de las opciones posibles en el comedor del Congreso. PIZABAY
photo_camera El autoservicio es una de las opciones posibles en el comedor del Congreso. PIXABAY

Todo lo que rodea a las cámaras de representación españolas, tanto el Congreso de los Diputados como el Senado, suele crear una gran expectación, y, como no podía ser de otra manera, la cafetería y el restaurante tanto de cámara alta como de la cámara baja, también.

La forma en la que comen sus señorías en el Congreso de los Diputados y en el Senado, así como el precio de los menús, son temas muy comentados desde hace tiempo. Hace un par de semanas tuve la oportunidad de visitar como invitada las Cortes Generales y probar esos servicios en primera persona, como nutricionista, he visto cosas que están muy bien hechas, pero enseguida me han saltado las alarmas, lo que me lleva a escribir esto. 

Al comedor tienen acceso tanto los parlamentarios, como las visitas y los trabajadores de la cámara (funcionarios, asesores, periodistas, personal de mantenimiento, seguridad…). En el momento en el que entras tienes dos opciones, el autoservicio o sentarte en una mesa y que un camarero te sirva la comida, el precio varía en función de la opción que elijas, por supuesto. 

Si eliges el autoservicio (opción que escogió la mayor parte del personal que estaba comiendo allí ese día), el funcionamiento es como el de cualquier buffet y las mesas son compartidas. En la entrada está el menú expuesto para que en el momento de elegir ya sepas que platos hay, con 3 primeros y 3 segundos para escoger. Nutricionalmente hablando son menús variados y equilibrados que facilitan al comensal comer de forma saludable. Además, al lado de cada plato exponen el contenido calórico del plato, clasificándolo en verde, amarillo o rojo. Aunque el contenido calórico de un plato no siempre tiene se relaciona con lo saludable que éste sea, en este caso estaba muy acertado, y sí se correspondía. En el menú no faltaban las verduras, los pescados a la plancha o al horno, platos más elaborados y, por supuesto, opción vegetariana. Y a la hora del postre, además de tener las típicas opciones dulces, existe una amplia variedad de frutas de temporada e incluso de macedonia de fruta. Otro punto positivo en que en el Congreso de los Diputados además de todo esto, cuentan con una isla de ensaladas en el medio, para que, si los platos no se adaptan al gusto el comensal, pueda elaborarse una ensalada completa al gusto. Además, existe la posibilidad de comer el menú entero con dos platos y postre o solo medio menú, con un plato (o la ensalada al gusto) y el postre. Otro punto a favor es que, en caso de beber agua, no es necesario comprar la botella, con su correspondiente contaminación de plástico, ya que las mesas cuentan con jarras de agua compartidas que van rellenando a medida que se acaban. Aspecto que me llamó la atención de forma positiva, teniendo en cuenta que hace unos días se declaró la emergencia climática en nuestro país. 

Y, ¿por qué me saltan las alarmas entonces? Si nutricionalmente todo parece estar perfectamente y, además, todo se adapta a la legislación vigente en restauración colectiva. Pues lo primero que pensé, es que en los colegios de nuestros niños no pasa lo mismo y uno de mis papeles como nutricionista en luchar para que esto ocurra y los comedores escolares sean un espacio saludable. Son muchos los menús escolares en los que solamente aparece la fruta como postre 1 o 2 días a la semana y el resto de días se ofrecen lácteos azucarados, en los que las ensaladas brillan por su ausencia y la carne roja y los fritos son los reyes del menú. 

Invertir en políticas de educación nutricional y apostar en los concursos públicos por menús escolares de calidad, equilibrados y saludables se traduciría en primer lugar en un descenso de la obesidad infantil (que en los últimos estudios de 2019 sitúan en un 35% los niños de 8 a 16 años con exceso de peso) y a largo plazo, en un significativo descenso de las enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes o las enfermedades cardiovasculares, con su correspondiente ahorro en sanidad. Actualmente la principal causa de mortalidad mundial son las enfermedades cardiovasculares, de las cuales el 80% se podrían evitar con hábitos de vida saludables, actualmente el consumo de azúcar es una de las principales causas de estas dolencias. 

Así que, desde aquí, Señorías, solo queremos que legislen para que nuestros niños tengan la oportunidad (porque el derecho ya lo tienen), de comer como ustedes. 

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