Blogue | Recto verso

Huelga más que justificada

ESTOY AL ciento por ciento con los vigilantes del Louvre. Se declararon todos en huelga porque ya no pueden más y hubo que cerrar el museo por unos días. Sin embargo, discrepo de sus motivos. A ellos les agobian los visitantes. Son tantos (más de diez millones al año) que se estresan y temen que alguien pintarrajee un ‘Delacroix’ o cuelgue un cuadro suyo en un hueco que tengan por ahí y la gente no solo lo confunda con un ‘Vermeer’ sino que les guste más que los ‘Vermeer’ de verdad.

A diferencia de ellos, yo me declararía en huelga porque los museos son agotadores. Seguro que fue alguna vez al Prado. El arte que cuelga de las paredes no evita que acabes exhausto. Te duelen los pies y no hay manera de orientarse. Siempre acabasen una sala por la que ya pasaste antes. Desde las paredes te miran señores que deberías conocer, pero tú solo piensas en que tienes hambre y sed, porque por alguna razón ir a un museo es como ir a la playa: da hambre y sed. Eso lo empeoran muchísimo los bodegones. Mientras te suenan las tripas te paras a ver Vieja friendo huevos y en lugar de admirar el genio de Velázquez te preguntas dónde estará la cafetería. Eso por no hablar de que siempre te asaltan las mismas preguntas: ¿Tuvimos reyes, reinas, príncipes y princesas tan tontos como los pintaron? ¿Eres más del Prado o del Reina Sofía? ¿Cómo es que nadie raja nunca ningún cuadro? ¿Los precios de la tienda son una coña? Es la respuesta a todo eso y no otra cosa lo que hace sonreír así a La Gioconda.

Comentarios