Blogue | Marta está harta

Los adolescentes están programados para no escuchar a sus madres

Una adolencente con poca predisposición a escuchar a sus padres.EP
photo_camera Una adolencente con poca predisposición a escuchar a sus padres.EP

Si ahora preguntara a todos los padres de adolescentes cuál es la queja principal que tienen de sus hijos, el 100% diría que lo peor que llevan de sus hijos preadolescentes y adolescentes es que no les escuchan, que hablan con ellos y tienen la sensación de hablar con una pared, que sólo dice "vale" y "ya".

Todos nosotros sabemos que cuando los padres riñen a sus hijos adolescentes, estos no suelen hacer mucho caso de lo que les dicen. Ante esta evidencia la comunidad científica de Harvard, a
la que no le gusta dejar ningún cabo suelto, y que además les encanta esto de hacer estudios. Pues neurocientíficos de la Universidad de Harvard, ha realizado un estudio que muestra por primera vez por qué ocurre este hecho tan cotidiano. En el estudio, en el que han participado entre otros, un grupo de 40 adolescentes (15 chicos y 25 chicas) de entre 11 y 17 años formaron parte de un experimento para comprobar cómo actuaban sus cerebros ante una regañina por parte de sus propias madres.

Cabe destacar que de los 40 participantes, 26 no presentaban ningún antecedente psiquiátrico y 14 fueron diagnosticados de depresión mayor, un trastorno del estado anímico en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida diaria durante semanas o por más tiempo.

Cada participante escuchó dos grabaciones de audio de 30 segundos de su madre, ambas de diferentes temáticas. Mientras que en una de ellas la madre hablaba del día a día de la familia, en la otra realizaba críticas del comportamiento de su hijo.

A la par que los adolescentes escuchaban estos audios, tres áreas cerebrales se analizaron: el sistema límbico, la corteza prefrontal y la unión de los lóbulos parietal y temporal. Todas estas áreas se encuentran relacionadas con el procesamiento de las emociones a nivel cerebral donde radica el control emocional y la empatía. Y se llegó a la conclusión de todos sabida, sin tener que ser “neurocientíficos de Harvard”: Los adolescentes "apagan" sus cerebros cuando se les regaña.

Los investigadores encontraron que durante el audio del regaño de la madre, los adolescentes redujeron la actividad cerebral en las áreas anteriormente mencionadas.

Podríamos decir que durante ese periodo el cerebro de los jóvenes sufrió un "apagón" como medida preventiva. Estos resultados no mostraron diferencias entre chicos y chicas, la edad o la salud mental de los adolescentes.

"Los padres pueden beneficiarse al comprender que, cuando critican a sus hijos, los adolescentes pueden experimentar una reacción emocional negativa fuerte que tienen dificultad para controlar
de manera cognitiva, y también puede resultar difícil de entender la perspectiva de los padres", concluyeron los autores del estudio.

Este experimento, como ya hemos comentado, ha tenido en cuenta la reacción del adolescente ante la voz de su padre. Yo os animo a comprobarlo en casa: riñe a tu hijo con una sonrisa y sin gritar ni
elevar la voz y verás que ni se inmuta te dirá "vale" como mucho. Y luego dile algo maravilloso con un
tono de voz elevado y actitud de enfado, verás que volverá a decirte “vale”.

Conclusión desconectan ante la voz materna, por eso siempre os digo que liarse en explicaciones y razonamientos con un hijo adolescente no es productivo, hay que hablarle de una forma directa y concisa.

Comentarios