Blogue |

¿Y si hay alguien?

Tienda de Amazon. EFE
photo_camera Tienda de Amazon. EFE
De camino a casa paro a echar gasolina en una de esas estaciones con autoservicio. Mientras me comunico con una pantalla veo de reojo cómo el encargado lee el periódico con desgana. Se lo sabe de memoria. Enciendo el coche y pienso en la noticia que más me ha impresionado este día cualquiera: un supermercado que Amazon ha abierto en Seattle en el que no es necesario pasar por caja. Ni la hay. Cada uno accede con su teléfono móvil encendido, llena su cesta y se marcha por la puerta sin mirar atrás, como quien camina por una acera. Antes, eso sí, un sistema de cámaras y sensores registra los productos seleccionados y envía la factura a la cuenta adjuntada al teléfono. Me cuesta creer que eso pueda funcionar, pero quién seré yo para dudar de las ideas del tipo más rico del planeta. Pensar en comida me da sed y paro en un restaurante a beber algo. No me hace falta entrar porque en la puerta hay una máquina expendedora. Arranco de nuevo y lo del supermercado ese no se me va de la cabeza. ¿Y los robos? Con que alguien se cuele sin teléfono les echa abajo el invento. No, no puede ser tan fácil. Llego a casa con ganas de hablar del tema. Giro la llave y un escalofrío me recorre la espalda. ¿Y si hay alguien?

Comentarios