Me refugio de un chaparrón en la puerta de un garaje y me encuentro con una pared que recuerda a las puertas de los baños de bares lejanos en el tiempo. Hablo de cuando no había Twitter, ni se imaginaba, así que la ira, el amor, la felicidad y el odio se vomitaban en forma de frases en aquellos trozos de madera. El muro que me encuentro está también lleno de palabras y colores: "Comer, defecar y deportes de motor", escrito en naranja. Un poco más arriba, "Chicos hablar con propiedad", en amarillo. En negro se puede leer: "No me pises que llevo chanclas" y "un castillo", esto último en mayúsculas. Hay referencias literarias, como "Alfanhuí", y muchas faltas de ortografía. Transcribo literalmente la frase más larga: "El ce inventou la religion en este mundo fue el crinal mas grande ke vino a este planeta. Se ai inferno non tedes redencion". Hay un "No" gigante que casi impide leer el principio y un "ruliña" que se escapa del cuadro por el lado derecho, pero ninguna pista de a quién va dedicado. Ya no llueve, me marcho, doy dos pasos esquivando charcos y decido dar la vuelta para fotografiar el muro. Veo entonces una pintada que pone "Franz Kafka". No me había dado cuenta de que estaba firmado.
