Suena poético, pero es real, tan real como triste. En algunos países ya existe y a España no tardará en llegar. El ministerio de la Soledad. Leo por primera vez sobre ello en el reportaje de la ‘Revista’ que publicó el sábado este diario. Si no tuvo oportunidad de disfrutarlo, no lo dude, hágase con él y deje lo que tenga entre manos (incluido este artículo, por supuesto). La soledad, cuando no es una elección, e incluso a veces cuando lo es, mina la vida a una velocidad peligrosa. Galicia es tierra de solitarios y Lugo reina dentro de Galicia. En la comunidad hay 1.060 aldeas habitadas por una única persona, en la inmensa mayoría de los casos, anciana, y 546 están en Lugo. Ahora hay que sumar a quienes habitan en las ciudades hasta alcanzar cifras que convierten en una cuestión de tiempo la creación de un ministerio de la Soledad que se preocupe de esta gente que vive sin nadie al que agarrarse. Cuesta creer que esto pase en una sociedad hiperconectada en la que estamos a un botón de hablar con quien queramos; a un botón de ver a quien queramos; a un botón de no enterarnos de que a nuestro alrededor hay mucha gente sola... yo lo descubrí leyendo el periódico. Igual ya lo sabía, pero estaba ciego de apretar tantos botones.
