Blogue | Zona Franca

El contagio más rápido

LA economía del miedo no se enseña en las escuelas de negocios. No hay manual posible para aplicar cuando el contagio más rápido en una crisis como la del coronavirus se produce lejos de los hospitales y las calles. Porque esta vez los síntomas se han adelantado, y no solamente a través de ese termómetro que son las bolsas. España, y también Galicia, sufre mucho antes las consecuencias de la propagación del virus que su afectación real a la población. El origen, la falta de transparencia en un país como China, taller del mundo y zona cero del Covid-19, una economía centralizada reconvertida al capitalismo peor entendido. Irán tampoco ayudó. De la desconfianza al recelo. Y de las sospechas al miedo. Hasta llegar a Italia.

Esta crisis nos enseña hasta jerga que esconde auténticos revolcones en las cuentas de resultados de las empresas. Y en inglés disimula más. Asistimos ahora a una oleada de "profit warnings", que no es otra maniobra que la revisión muy a la baja de las previsiones de crecimiento de las compañías, sobre todo cotizadas, lo que hunde más su valor. Nos engañaríamos sin pensamos solo en la bolsa como un tiovivo, que ahora cae sin freno como en una semana puede rebotar y convertirse en un carrusel de alegrías. Hay otros territorios de contagio. Va un ejemplo real, de impredecibles consecuencias, como casi todo en la crisis del coronavirus.

Esta misma semana, un movimiento de Estados Unidos ha sorprendido. La Reseva Federal recortaba medio punto los tipos de interés, que es el precio oficial del dinero. Lo hacía anticipándose. No ha habido recorte tan alto por parte de las autoridades monetarias norteamericanas desde la crisis de Lehman Brothers, el gatillo que apretó la crisis de 2008. EE UU, en año electoral, no quiere el más mínimo resfriado y activa los resortes para inyectar más dinero en su economía. ¿Consecuencias en Europa? Pronto habrá nuevos recortes de tipos oficiales por parte del BCE. ¿Consecuencia de la consecuencia? Habrá más dinero en el mercado, pero los márgenes de intermediación de los bancos también ser verán recortados. Una válvula socorrida para salir del laberinto bien podría ser comenzar a cobrar por los depósitos bancarios, algo que ya se barruntó durante el último año. Al principio, serían los fondos de las empresas, para pasar a cobrar por los depósitos de la clientela si esa decisión no es suficiente. Que le pregunten a un pensionista si eso no es economía real.

La clausura del Mobile Word Congress de Barcelona parece ahora de sentido común, cuando hace apenas unas semanas generó un encendido debate nacional. A Galicia ya ha llegado el coronavirus, pero mucho antes también lo hicieron sus consecuencias. Con seguir la cotización de Inditex basta. En lo que va de año, la matriz de Zara se ha dejado más de 15.000 millones de capitalización, de valor bursátil, vamos. Poco o nada se sabe del impacto de la crisis del coronaviruas en el gigante textil, que tiene en China su segundo mercado por ventas (600 tiendas) y en Italia ingresa más de un 5% de su facturación total (otras 390 tiendas). Aunque el grupo de Amancio Ortega ha optado por el silencio, recuperando viejos tics, a estas alturas resulta difícil creer que no haya cerrado temporalmente algún establecimiento, algo que ha entrado en la lógica de sus principales rivales. Por dos veces en Arteixo han activado recomendaciones a su plantilla, que es global, como la propia compañía.

El contrapunto lo pone otra empresa gallega que ha saltado a un singular estrellato. Pharma Mar, la antigua Zeltia, ha dado con un kit rápido de detección del coronavirus, ahora ya autorizado por Bruselas. Por si eso no fuera suficiente, la compañía presidida por el catedrático de Bioquímica José María Fernández de Sousa-Faro anuncia la reconversión de un antitumoral de origen marino, el Aplidin, en antivírico. El compuesto ha sido vetado en Europa, no así en otros países. La ecuación está por despejar. Mientras, Pharma Mar, otrora chicharro del parqué, se dispara en Bolsa con cada movimiento que anuncia.

Hasta aquí, los contagios. Ahora queda un horizonte todavía más oscuro, porque la economía europea se enfrenta a un auténtico calvario, con una cascada de revisiones de las previsiones de crecimiento y un escenario inédito desde que se cerró la crisis. Si algo nos enseña el coronavirus es la vulnerabilidad de esta economía de mercado.

YOLANDA DÍAZ

Lo que de verdad persigue la ministra "pablista"

CON un poco de contexto, el que han ofrecido esta semana los socios de Gobierno con sus roces, resulta difícil conjeturar que Yolanda Díaz haya pisado un callo de manera inconsciente al activar desde el Ministerio de Trabajo determinadas medidas para combatir la crisis del coronavirus en las empresas. Ley de violencia de género, petición de comisión de investigación para el rey emérito e incluso el recurso a la indemnización de la familia del cámara José Couso han separado esta semana a socialistas y podemitas. Demasiadas colisiones como para no concluir que el tropezón de Díaz no es premeditado. Podemos necesita aire en el Gobierno. Y esta es la forma de ascender a superficie para obtenerlo.

NADIA CALVIÑO

La ministra de los mensajes rectifica en cuestión de días

ES el rostro de la serenidad, pero en este caso aparente. Si el lunes Nadia Calviño, la vicepresidenta económica, quitaba hierro como podía a la crisis del coronavirus al aludir a «un impacto poco significativo y transitorio», dos días después el Gobierno anunciaba medidas de liquidez para aliviar a las empresas afectadas por la pandemia, entre otras iniciativas. Esto se pone serio y la coruñesa sabe que Bruselas marcará de nuevo la estrategia. Por tanto, en esos mares navega con soltura. Pero esta crisis va por barrios, y las medidas que pueden ser prolongadas y drásticas en Italia no tienen por qué serlo en España.Por tanto, haría muy bien Nadia Calviño en preparar una agenda de choque propia.

Comentarios