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Galicia necesita un lobby

La reconstrucción del movimiento patronal da un paso con los empresarios de la diáspora
A Toxa 18_00 horas_ El presidente de la Xunta_ en la clausura del VII Encuentro Internacional de Empresarios Gallegos en el Mundo _Eurostars Gran Hotel_ rua da Condesa_ 2_

A MANUEL Fraga se atribuye la creación del Xacobeo moderno, que arrancó en el 93, una fórmula que puso a Galicia en el mapa turístico internacional y que más de un cuarto de siglo después sigue siendo motor económico. Si Fraga dejó un legado fértil, ese fue el Xacobeo. En el arranque de su mandato nacieron otros proyectos que también han perdurado en el tiempo, como Galicia Calidade, un sello que pocos discuten y otro ardid de marketing. Había una tercera pata para la proyección internacional de Galicia, pero no funcionó. Aquello se llamó Fegaex, la Federación de Empresarios Gallegos en el Exterior.

A Toxa 18_00 horas_ El presidente de la Xunta_ en la clausura del VII Encuentro Internacional de Empresarios Gallegos en el Mundo _Eurostars Gran Hotel_ rua da Condesa_ 2_Repasar esa historia, la de Fegaex, es por momentos una auténtica inmersión en el lado mas oscuro de la emigración gallega. El objetivo inicial, claro y legítimo, pasaba por ser el eslabón entre los empresarios gallegos afincados en el extranjero, básicamente en América Latina, y los de aquí. La diáspora que tantas alegrías había dado a Fraga en las urnas le falló esta vez, envuelta en polémicas judiciales y casos de corrupción de quienes pilotaban aquella nave. Cierto que una cosa era la Fegaex y otra bien distinta las grandes fortunas de la emigración gallega. Mundos muy alejados.

En aquellos años, uno de los directivos de la federación era todo franqueza para describir los inicios del proyecto: "Nuestra agrupación tenía tal influencia que abría puertas, conseguía audiencias inmediatas e incluso influía en las leyes hasta el punto de su adaptación o nueva promulgación específicas para atender nuestras demandas". Eso y un lobby, dos gotas de agua.

Galicia necesita un lobby, pero no una organización que acabe siendo pasto de las páginas de sucesos, como ocurrió con Fegaex, que languidezca por no responder a las expectativas e intereses particulares de sus promotores y cuyos congresos anuales acaben convertidos en alegres cuchipandas veragienas. Eso ya lo tuvimos y aguantó malamente unos catorce años.

El pasado jueves se celebró en A Toxa el séptimo Encuentro Internacional de Empresarios Gallegos del Mundo, que está organizado por la Asociación de Empresarios Gallegos de Madrid. La cita sirvió para presentar en sociedad a la recién creada Asociación Mundial de Empresarios Gallegos (Amega). También para reconocer la labor de uno de los grandes, Olegario Vázquez Raña, que junto a su hermano Mario, ya fallecido, representa uno de los apellidos más ilustres de la emigración ourensana en México. Muchas caras conocidas en la cena de gala y rostros jóvenes en la retransmisión en streaming del encuentro, lo que es indicativo de que Galicia también ocupa y preocupa a las generaciones de empresarios que vienen, los emergentes. Es una buena señal, porque el futuro es suyo. Lo dice todo el perfil de los eventos que rodearon al encuentro. Y entre saludos, aplausos y abrazos virtuales, una consigna: "Seremos valedores de todos aquellos que quieran invertir en nuestros países".

Asunto capital en Galicia y piedra angular de cualquier proyecto de país el de la inversión exterior. A nadie se le escapa a estas alturas que la mediación de Olegario Vázquez Raña fue en su día determinante para que, en plena crisis, Pemex acudiese al rescate de Barreras, aunque a final aquello acabase de la peor manera. Núñez Feijóo se había convertido en el comercial de Galicia en el peor momento.

El del lobby no es solo trabajo para los empresarios de la diáspora. Ese ejercicio lo ha hecho a la perfección quien está ahora al frente de la patronal gallega cuando pilotaba la asociación nacional de fabricantes de conservas. Juan Manuel Vieites y Anfaco saben que el futuro del mar se juega en Bruselas, y ahí han trabajado durante años. También en lo que respecta a los fondos europeos. Y en cierta medida, lobby también ha hecho la patronal gallega de la empresa familiar, centrada hasta hace un par de años en cuestiones muy específicas relacionadas con la fiscalidad y el cambio generacional.

El espejo lo tenemos a muchos kilómetros de distancia. Todos a una, los empresarios valencianos apostaron por la presión desde el minuto uno para que el Corredor Mediterráneo de mercancías sea una realidad. Y lo están consiguiendo. Ese es el camino. Bienvenida, pues, la nueva asociación de empresarios gallegos en el exterior. Ahora solo falta unidad de acción. De todos.

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