La gente que lleva más años en el club me habla de aquellas citas del Breo con el Pazo hasta la bandera. Recuerdan el ruido de miles de pies pateando el suelo de la grada, de cientos de pañuelos blancos y de un ambiente sobrecogedor e inolvidable. Yo estoy convencido de que eso se puede repetir.
Hace unos días, estando yo en las oficinas del club con los últimos retoques de un artículo como este, coincidí con Germán y Carlos. Dos chavales que, acompañados por su madre, hicieron el abono del Breo. Acudieron a un partido invitados por amigos y se engancharon. Eso se me quedó grabado. «Dos más», me dije. Y es que todos podemos sumar para repetir lo que han sido durante años las grandes tardes del Pazo.
Con tantos años que el Breogán lleva avanzando en su historia, no creo que haya muchos hogares en Lugo en los que no haya, en un cajón o en una bolsa, una bufanda, una camiseta celeste, una chapa, una gorra, algo que en su momento sirvió para animar al equipo y que sigue teniendo ese poder. Animo a todos a que busquen esa camiseta, esa bufanda, y bajen al Pazo. Nos quedan ocho finales para poder hacer algo grande para Lugo, muy grande. Queremos que tú también participes de ello. De esas ocho finales, cuatro serán en el Pazo, y no queremos que falte nadie. Cada grito de ánimo, cada cántico de la afición, cada aliento, nos han servido hasta ahora para olvidar un dolor físico, superar un mal momento en un partido, para robar ese balón importante, o para anotar esa canasta que nos han traído hasta aquí.
"Lo dice Lisardo. A pesar de todo lo que hemos sufrido con lesiones y reveses, estamos en una posición privilegiada y lo tenemos en nuestra mano"
Lo dice Lisardo. A pesar de todo lo que hemos sufrido con lesiones y reveses, estamos en una posición privilegiada y lo tenemos en nuestra mano. En la tuya.
Y desde aquí quiero lanzar el reto de que, entre todos, hagamos del Pazo un fortín más inexpugnable de lo que ya es ahora, que vayamos a por el record de asistencia en la grada.
Sabemos que no fallarán las gargantas de las peñas, la de Areñas, la de tantos aficionados que siempre están en su sitio cuando miro a la grada desde la pista. La afición no ha faltado a su cita ni en aquel primer amistoso en Ribadeo. A muchos los veo siempre sufrir y disfrutar en cada partido. Esos no fallarán. Pero a esos son a los que os pido también que nos ayudéis a convencer a uno más. A animarle a que desempolve esa bufanda que tiene desde hace tiempo en un cajón. Es el momento de usar ese hashtag que leo a menudo en Twitter y resume lo que os quiero decir: #Fagamosequipo.
