El alcalde de Monterroso, Antonio Gato Soengas, abrió una nueva crisis política al cesar por decreto a dos ediles del PSOE del gobierno local: el primer teniente de alcalde, Rafael García, y al tercer teniente de alcalde, Daniel Rodríguez Novo. La otra concejal socialista, Isabel Villa, que no fue destituida como delegada de Muller e Igualdade, presentó este martes su renuncia. El regidor gobernará ahora junto con el representante de Compromiso por Galicia, Xavier Vázquez García.
Gato, que en agosto rompió con su grupo Independentes por Monterroso para dirigir el Concello en solitario mediante decretos, se desliga ahora de los socialistas tras un pacto que se prolongó seis meses. El mandatario monterrosino declinó hacer valoraciones sobre las razón de la ruptura. “Prefiro non entrar en polémicas”, precisó, Sí adelantó que la semana próxima dará a conocer el programa de trabajo que desarrollará con el concejal de CxG, “que se mostrou disposto a seguir no goberno”.
El portavoz del PSOE, Rafael García, expresó su sorpresa por los ceses. “Recibimos unha notificación remitida pola secretaría municipal, sen ningunha explicación por parte do alcalde. Facía dous meses que case non falábamos con el”, manifestó. García reconoció que hubo algunas desavenencias. La principal fue la oposición de los socialistas al intento de la alcaldía de cerrar la vivienda comunitaria al inicio de la pandemia del Covid-19, lo que obligaba a desalojar a siete ancianos. Esta residencia estaba dentro del área de competencias del socialista David Rodríguez Novo.
Rafael García lamentó la imposibilidad de “ter un executivo local estable. Monterroso é un caso atípico en España ao romperse dous gobernos en dez meses”. Xavier Vázquez García considera que dejar el gobierno durante el estado de alarma “sería unha irresponsabilidade. Debo seguir, aínda que non sexa una situación cómoda”. El edil de CxG subrayó que la política “é complicada neste pobo, pero non se pode afondar na ingobernabilidade. Mesmo se o alcalde tivera que delegar uns días teríamos un problema legal”.
El cierre de la vivienda comunitaria generó la escisión del gobierno local y siete denuncias de familias
El gobierno monterrosino se agrietó el pasado 20 de marzo, cuando Antonio Gato decretó el cierre de la vivienda comunitaria de Monterroso ante la sospecha de que una se sus trabajadoras tenía coronavirus, aunque las pruebas que le hicieron con posterioridad dieron un resultado negativo.
El decreto, firmado a las dos de la tarde de un viernes, fijaba el desalojo de los siete residentes. Sus familias tenían que recogerlos antes de las ocho de la mañana del día siguiente. “Nós tivemos noticia desta medida polo Facebook do Concello. Non nos comunicou nada, pese a que a xestión a vivenda era competencia do concelleiro socialista Daniel Rodríguez Novo”, precisa Rafael García.
Esta decisión fue “precipitada e contraviña a normativa das autoridades sanitarias, polo que nos opuxemos á mesma. Se houbese algún ancián infectado podíase estender o virus ás súas familias”, manifiesta Rafael García.
El decreto de la alcaldía provocó una inspección de la Consellería de Política Social, que levantó acta y desautorizó la orden municipal. Además, las familias de los siete usuarios de la vivienda comunitaria presentaron denuncias por desamparo que se están tramitando en el juzgado.
Esta discrepancia generó diferencias entre los representantes del PSOE y Antonio Gato, que apenas mantuvieron contacto en las semanas posteriores.