Cerca de medio centenar de internos del centro penitenciario de Monterroso participan en los talleres y actividades formativas impartidos por educadores de la Sociedade Galega de Medio Ambiente (Sogama), en colaboración con el personal del centro público de educación y promoción de adultos. Los reclusos trabajan en proyectos relacionados con el reciclaje, la economía circular o el compostaje a partir de residuos orgánicos.
La conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez Mejuto, acompañada por el presidente de Sogama, Javier Domínguez, visitaron el penal para conocer de primera mano los trabajos que desde el año 2014 desarrolla la empresa pública con presos del penal monterrosino.
Vázquez enmarcó el trabajo de Sogama en este centro penitenciario dentro de su compromiso con la educación ambiental y la sensibilización de la ciudadanía en esta materia. Esta empresa autonómica aporta personal propio para impartir formación presencial y, además, facilita los recursos didácticos y los medios materiales necesarios.
Tras recordar que Monterroso es un centro muy activo en el ámbito de las iniciativas relacionadas con los talleres medioambientales, Ángeles Vázquez subrayó la importancia de este tipo de actividades y los excelentes resultados que ofrecen tanto para los participantes como para garantizar un mejor funcionamiento de la propia cárcel.
Uno de los proyectos que más llama la atención es la huerta ecológica existente en el recinto, que cuenta con un invernadero hecho a partir de 3.000 botellas de plástico, o el proyecto impulsado para introducir la cultura del compostaje en el centro a partir del aprovechamiento de sus residuos orgánicos, a lo que Sogama contribuyó con una docena de composteros, una máquina trituradora de restos vegetales y la correspondiente formación al alumnado para enseñarles su uso.
Otro de los proyectos que pudo conocer Ángeles Vázquez en su visita al centro fue el proyecto 'Una segunda oportunidad'. Se trata de una actividad con fines solidarios, y en línea con los objetivos de la economía circular, que le permitió a los reclusos fabricar artesanalmente alrededor de 150 bolsas de tela a partir de pantalones vaqueros y batas procedentes de la enfermería del propio centro.
Algunos de estos trabajos, además, dieron lugar a dos publicaciones en las que se recoge todo el proceso y su resultado final: 'El huerto ecológico', maquetado e impreso por Sogama con una tirada de 200 ejemplares, y 'Sabroso reciclaje', un libro de recetas basadas en la cocina de aprovechamiento resultado de la labor de concienciación que se hizo con los internos con relación al desperdicio alimentario.
La conselleira aseguró que la Xunta mantendrá su colaboración con los proyectos medioambientales impulsados desde el ámbito penitenciario. Vázquez incidió en que es una forma de "ofrecer unha segunda oportunidade" a los internos que voluntariamente deciden participar en los talleres, ya que facilita su reinserción social y laboral a través de la formación, al tiempo que les ayuda a interiorizar hábitos de vida más saludables y valores como el respeto y el cuidado de la naturaleza.
