Xesús González, médico estético

"El retinol y las vitaminas C y E son unos de los ingredientes más importantes en las cremas"

Con el aumento de las horas de luz pasamos más tiempo al aire libre, así que toca revisar nuestra rutina de cuidados.

Xesús González.AEP
photo_camera Xesús González.AEP

Los rayos solares, la polución, la mascarilla... son algunos de los enemigos de nuestra piel. Para cuidarla, nada mejor que seguir los consejos de un especialista.

Acaba de empezar la primavera, ¿cuáles son los principales retos que esta le plantea a nuestra piel?

El principal reto es protegerla del sol. Desde el solsticio de invierno los días se han ido haciendo más largos y el índice ultravioleta es cada vez mayor.

Es importante usar protección solar durante todo el año, ¿pero cuál es el factor adecuado para una jornada con poca exposición?

Poca es un término relativo, ya que hay personas que se queman en la mitad de tiempo que otras. Si multiplicamos ese tiempo por el factor de protección solar (FPS), obtendremos lo que nos dura la protección (es decir, cuándo debemos aplicar la crema de nuevo). Dicho de otro modo, podemos usar cualquier FPS si lo aplicamos con la debida frecuencia, la cual depende de nuestro tipo de piel y del índice ultravioleta que haya en ese momento, un dato que podemos consultar a diario en los servicios meteorológicos.

¿Qué tipo de filtro solar recomienda para el rostro?

Recomiendo un producto que incluya filtros UVA (ultravioleta A), UVB (ultravioleta B) e IR (infrarrojos).

En la rutina facial, ¿cuáles son los productos básicos?

La rutina facial comienza con una limpieza con un producto adecuado, diferentes principios activos según cada problema o zona de la piel, una crema que prevenga la deshidratación y mantenga la elasticidad y, por supuesto, un protector solar.

¿Qué ingredientes son los más importantes en una crema facial?

En las cremas protectoras solares, por supuesto los filtros. En el resto, el retinol y sus derivados, la vitamina C y la vitamina E. Para problemas concretos hay diferentes principios activos. Por ejemplo, el dimetilaminoetanol combate eficazmente la flacidez; el ácido salicílico, el acné; los polímeros de silicona se usan para tratar las cicatrices; el acetilhexapéptido-8, para las arrugas de expresión; el ácido kójico, para las manchas, y la azeloglicina para las rojeces.

El agua de la ducha puede ser muy agresiva para el rostro, ¿cómo lo evitamos?

El contacto con el agua es beneficioso –la ducha es como un masaje–, pero este no debe ser prolongado. Lo ideal es una ducha corta que termine con agua fría. El cloro puede ser un problema en algunas zonas, pero existen filtros para eliminarlo.

La piel también se cuida desde el interior, ¿cuáles son los mandamientos básicos?

Sobre todo, no fumar. También es necesario seguir una dieta que proporcione todos los nutrientes necesarios y limitar el azúcar. Estos gestos nos ayudarán.

Hay suplementos orales de colágeno, de hialurónico... ¿funciona la nutricosmética?

Ya funcionaba antes de que se llamara nutricosmética. Las vitaminas, los antioxidantes, los minerales... que ingerimos actúan en todos nuestros órganos, la piel entre ellos. Por ejemplo, el licopeno de los tomates nos protege del sol.

¿Recomienda tomar alguno de estos o un suplemento vitamínico?

Solo si hay necesidades especiales o si nuestra dieta no es variada y suficiente. Los fumadores sí deberían tomar un multivitamínico; o, idealmente,  dejar el tabaco.

Ya hace casi un año que hemos incorporado la mascarilla a nuestras vidas, ¿su uso exige algún tipo de contraprestación cutánea?

Ajustar bien la mascarilla es tanto o más importante que el tipo de mascarilla. Si esta se está moviendo constantemente, rozará e irritará nuestra piel, por no hablar de que no cumplirá su función de barrera. Y si no moldeamos bien la pieza metálica de la mascarilla, toda la presión recaerá en un solo punto. Por el contrario, la mascarilla también tiene efectos positivos para nuestra piel, ya que nos protege del frío y de la exposición solar.

¿Cómo combatimos el maskné, ese molesto acné que provoca el uso de la mascarilla?

Para empezar, ajustando bien la mascarilla para que no se mueva. Por ejemplo, yo uso una cinta para atarla a la cabeza y así consigo la tensión necesaria para que no se mueva, algo que mis orejas también agradecen. Tampoco debemos abusar de maquillajes o cremas que obstruyen los poros en una zona que, al fin y al cabo, no se ve. Y, en cuanto al cuidado facial, usando cremas formuladas para pieles con tendencia acneica y realizando frecuentemente tratamientos con luz pulsada intensa, exfoliación química o radiofrecuencia.

Lo que ahora queda a la vista
▶ El doctor González explica que antes de la llegada de la mascarilla "nos fijábamos en los ojos y la boca de la persona con la que hablábamos. La boca era capaz de comunicar, sonriendo, sentimientos positivos, así que ahora debemos compensar esa pérdida eliminando los mensajes negativos alrededor del otro centro de atención: los ojos".
▶ "Por ejemplo, un ceño fruncido significa enfado o preocupación, que podemos suavizar con un relajante muscular: el bótox. Por otro lado, las ojeras, que nos hacen parecer cansados y tristes, pueden corregirse fácilmente infiltrando ácido hialurónico".

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