El flechazo de Alberto

Del presidente de la Xunta, ese niño de aldea que nunca perdió unas elecciones, no se sabe mucho. El libro ‘El viaje de Feijóo’, del que se publica un pasaje, trata de aportar luz sobre su figura
photo_camera Alberto Núñez Feijóo y Eva Cárdenas, llegando juntos al cóctel nupcial de Marta Ortega en 2018. AEP

Se ha comentado mucho la forma en la que Feijóo y Eva Cárdenas se conocieron. El propio Feijóo lo desveló en el programa Land Rober, una especie de late-night talk show a la gallega. Fue el 15 de junio de 2009, cuando regresaba a Galicia en un vuelo desde Madrid tras su primer encuentro con el presidente del Gobierno, que entonces era José Luis Rodríguez Zapatero. Feijóo contó en este programa televisivo que Cárdenas viajaba en el mismo vuelo y en la misma fila. Solo los separaba el pasillo. La ejecutiva del grupo Inditex viajaba con una compañera extravertida, que se dirigió al titular de la Xunta. Y tras un rato de charla amistosa, le dijeron: "Eres bastante simpático, si te hubiéramos conocido antes, habríamos votado por ti". No mucho tiempo atrás se habían celebrado las elecciones con las que llegó al poder autonómico.

Lo cierto es que Feijóo no se acordaba mucho de esta historia. Y fue la propia Eva Cárdenas la que se encargó de recordárselo unos años más tarde, cuando ambos coincidieron con sus corazones desocupados en el Asador de Coruña, un restaurante ubicado en el entorno de la estación de tren de la ciudad herculina. Feijóo había quedado con Carlos Negreira, que, además de su amigo, en aquel momento era el alcalde. Negreira acude al encuentro con su mujer, Inma. Y esta invita a una buena amiga: Eva. No fue una encerrona, más bien una coincidencia. Carlos le dice a Alberto que irá una amiga de Inma. Inma le dice a Eva que acudirá un amigo de Carlos. Reserva para cuatro. Y fue en ese restaurante especializado en pescados y carnes a la brasa cuando Eva le reprochó al presidente que no se acordase de aquel episodio en el avión.

Durante la velada chocan en bastantes cuestiones. Fue un flechazo. Y poco a poco empiezan una relación de la que sus amigos se enterarían casi un par de semanas más tarde. Feijóo, que siempre fue muy cuidadoso con su vida privada, se empezó a dejar ver con Eva Cárdenas en algunos sitios de Galicia. Siempre de forma discreta. Sin mostrarse en un escaparate, pero sin esconderse. Disfrutando de un paseo por el muelle de la localidad costera de Cedeira, compartiendo comida en Preludio, un restaurante cafetería en Santa Cruz (Oleiros), muy cerca de la antigua residencia de Cárdenas. También fueron vistos en Casa Marcelo, un restaurante ubicado a unos pasos de la catedral de Santiago, cuyo responsable está considerado uno de los grandes revolucionarios de la cocina española, y en donde el siempre atento Martín, el jefe de sala, consigue que todos los comensales disfruten al máximo de la experiencia.

La presentación en sociedad de la pareja fue en la boda de Lucas Martinón y Fabiola García

Feijóo tenía la residencia oficial en Santiago, en el complejo presidencial de Monte Pío ideado por Fraga, un pequeño castillo ni lejos ni cerca del centro de la ciudad. Eva Cárdenas vivía en la urbanización de Icaria, en el ayuntamiento coruñés de Oleiros, donde muchos de sus vecinos eran otros directivos de Inditex, como Pablo Isla, máximo responsable tras la retirada de Amancio Ortega. La ejecutiva del mundo de la moda empezó a pasar algunas noches en el complejo presidencial. Pero era más común que el presidente de la Xunta se despertase en la conocida como Wisteria Lane coruñesa, nombre de una calle ficticia en la que viven las protagonistas de Mujeres desesperadas. Una urbanización de serie americana.

Poco a poco las apariciones juntos comenzaron a ser más comunes. Una especie de presentación en sociedad, pero solo a un círculo todavía reducido, fue en la ceremonia por el enlace de Lucas Martinón y Fabiola García, la conselleira de Política Social. Ambos estaban invitados al banquete organizado en el pazo de Cores, en A Baña (A Coruña). El presidente de la Xunta tenía bloqueada ese sábado la agenda para acudir a la boda de uno de sus principales colaboradores y la conselleira barbanzana. Cárdenas llegó a los cafés, puntual para disfrutar de la pista de baile, un espacio en donde se les pudo ver "muy acaramelados", comenta uno de los asistentes. Sin importarles lo que pudieran pensar quienes les rodeaban. Al fin y al cabo la mayoría eran amigos o compañeros.

El segundo sábado de 2015, Alberto Núñez Feijóo y Eva Cárdenas acudieron al treinta y un cumpleaños de Marta Ortega, la hija de Amancio Ortega, celebrado en el pazo de Anceis, Cambre, a pocos minutos de A Coruña. En marzo de 2016, fue sonada su aparición en la inauguración de la discoteca Pelícano, un ambicioso proyecto en pleno centro de la ciudad herculina, que encendió sus luces y sus altavoces con una gala solidaria a la que acudió la flor y nata de la sociedad coruñesa. En la galería de aquella noche destaca una imagen del exfutbolista del Madrid y exseleccionador español Fernando Hierro estrujando a Feijóo como si fueran amigos de toda la vida.

A los cincuenta y cinco años de edad y en plena campaña electoral de las autonómicas de 2016, La Voz de Galicia publica que Eva Cárdenas y Alberto Núñez Feijóo esperan un hijo para febrero. Una explosión de alegría, especialmente en la familia de Os Peares, que hacía muy poco que acababa de despedir a Saturnino.

El pequeño Alberto se parece a su padre físicamente y en lo responsable que es

Se llevó una de las mejores noticias de su vida Sira, la madre del presidente gallego, que había saltado a la fama en un vídeo de la campaña promocional de 2009 que se cerraba con una frase suya lamentando: "Dice que se casó con Galicia, pero Galicia no me da nietos". Cuando menos lo esperaba, iba a ser abuela.

La madre del presidente de la Xunta acudió a la tercera toma de posesión de su hijo muy emocionada, por la falta de "papi", y también por la futura paternidad de su hijo Alberto. Algunos de los periodistas que cubrían el acto se acercaron a darle la enhorabuena: "¡Gracias a Dios, hija mía! ¡Un niño!", dijo emocionada. La pararon para preguntarle si tenía alguna noticia sobre el nombre que le darían los padres: "Yo le voy a llamar Alberto siempre, para mí; pero creo que me van a hacer caso", afirmó.

Y tanto que le hicieron caso. El 15 de febrero de 2017 llegaba al mundo el pequeño Alberto Núñez Cárdenas en la Maternidad HM Belén, una clínica de A Coruña especializada en ginecología y obstetricia. A las 10.20 de la mañana, el presidente de la Xunta gritó a los cuatro vientos en Facebook y en Twitter que había sido padre. "Muy felices por la llegada de Alberto. El niño está bien. Yo, orgulloso de ella. Gracias por el interés, el afecto y el respeto. ANF", cerró el mensaje. Con las iniciales, algo que hace cuando es él y nadie de su equipo quien ha redactado y publicado el texto. Esta publicación iba acompañada con una imagen detalle de la manita del niño queriendo agarrar la del padre. Poco antes, su hermana, Micaela, había confirmado a las puertas de la clínica que todo había marchado según lo esperado. Eva tenía cincuenta y un años cuando dio a luz, por lo que el embarazo había sido catalogado como de riesgo.

Se trataba del segundo hijo de Cárdenas. Casi dieciocho años antes había alumbrado a Gabriela, su otra hija, fruto de una relación anterior con un ingeniero. El parto de Gabriela fue seguido por el mismo ginecólogo, su médico de confianza desde hace décadas.

Desde la oposición le afearon que el centro elegido para el parto fuese una clínica privada. Feijóo salió a la contra, al afirmar que eso había sido una decisión exclusiva de la madre, que al fin y al cabo es quien da a luz. "Fue su madre quien parió y ella tiene derecho a decidir", afirmó. Cárdenas había escogido esa clínica por tener un convenio con los trabajadores de Inditex y, especialmente, porque en esa clínica trabaja el mencionado ginecólogo.

El patrimonio inmobiliario de Eva Cárdenas es más potente que el de Núñez Feijóo

En lo profesional, la vida de Alberto Núñez Feijóo cambió por completo el 1 de marzo de 2009, domingo en el que ganó por primera vez las elecciones a la Xunta. En lo personal, ni una sola de las personas que lo rodean tiene la más mínima duda de que el gran cambio se produjo el 15 de febrero de 2017. "Hay un antes y un después del jefe", comenta un integrante de su equipo de confianza. Él mismo es el primero que no lo oculta. Ser padre le cambió la vida.

El pequeño Alberto es un niño que físicamente se parece a su padre y, por tanto, a su abuela. Le gusta entrar en el dormitorio de sus padres a primera hora de la mañana para despertarlos con volteretas en la cama. Y hacer el payaso probándose las gafas de sol de su madre, para ver cuál le queda más ridícula. Desde el entorno cercano del presidente afirman que no solo salió al padre en el físico, sino también en lo responsable que es para su corta edad. Y en una entrevista Feijóo desveló que va por la casa apagando las luces que quedan encendidas sin necesidad. El austero II.

Su domicilio es una vivienda señorial a la entrada de A Coruña de 256 metros cuadrados adquirida por Cárdenas, que contrajo una hipoteca de 800.000 euros, según publicaron diversos medios especializados en cuestiones de sociedad. La pareja del titular de la Xunta abandonó en 2018 su carrera al frente de Zara Home, por lo que recibió un finiquito cercano a los dos millones de euros, un dinero que en parte habría destinado a poner en marcha su proyecto inmobiliario: Niebla Azul.

En la declaración oficial de bienes de 2020, el presidente de la Xunta incluyó una vivienda en Madrid, el piso con garaje de Vigo en el que vive su madre, una casa en Moaña, O Morrazo (uno de los sitios en donde consigue desconectar, a orillas del océano), y una finca rústica en Ames, municipio limítrofe con Santiago.

El patrimonio inmobiliario de Cárdenas es bastante más potente. Además del piso en el que reside la pareja, la exejecutiva de Inditex adquirió hace unos años un edificio de cuatro plantas en el centro de la ciudad herculina, en 2015 se hizo con la propiedad de una vivienda con vistas al mar en la península de O Morrazo, no muy lejos de la del presidente, y cuenta además con el mencionado chalé en la urbanización de Oleiros. Según publicó Vanity Fair, la pareja del presidente de la Xunta contaría con otras dos propiedades inmobiliarias.
 

Lo que sabe (y cuenta) el autor
Dos sucesiones
▶ Fran Balado (Santiago, 1984) ha entrevistado a más de 50 personas para esta libro que ha editado La Esfera de los Libros.
▶ El periodista cuenta con detalle como Feijóo se convirtió en el heredero de Fraga pese a las reticencias iniciales de este. En esta decisión jugó un importante papel Mariano Rajoy desde Madrid.
▶ En la sucesión de Rajoy, para la que Feijóo era "el gran favorito en todas las quinielas", el actual presidente de la Xunta tuvo dudas para postularse al proceso casi hasta el último instante. Antes, Rajoy lo había tentado para integrarse dentro de su Ejecutivo en dos de las reestructuraciones realizadas por el que entonces era presidente en su Gobierno.
Pinceladas del hombre
▶ Cuando hace balance de su periplo al frente de la Xunta, Feijóo resalta como el momento más complicado de los que le ha tocado vivir en el poder el accidente de tren de Angrois, en julio del año 2013.
▶ Una de las espinas que tiene clavadas es que su padre falleció tan solo unos días antes de que se conociera que le iba a dar un nieto. Su pareja, Eva Cárdenas, ya estaba embarazada, pero todavía no lo sabían.
▶ Al presidente le gusta salir a correr, aunque no alcanza los tiempos de su vicepresidente, Alfonso Rueda. Este hábito lo ha apuntalado en los últimos años, pues cada vez está más preocupado por el aspecto físico.
▶ La preocupación por el aspecto físico la ha trasladado a sus comidas, en las que también se nota la influencia de Eva Cárdenas. Como Feijóo tiene muchos compromisos que terminan en restaurantes, siempre que puede elige platos ligeros y saludables. Cuando come fuera no le gusta "la pompa de la estrella Michelin y de restaurantes minimalistas con esferificaciones", prefiere "sitios sencillos, casas de comida de toda la vida, con buenas materias primas y cocinadas de forma clásica, sin fuegos artificiales".