"Dejar a un positivo de Covid en una residencia de mayores es una barbaridad"

Miguel Ángel Vázquez, presidente de la Sociedad Galega de Xerontoloxía e Xeriatría, parte de la idea de que la sociedad ve a los mayores como un estorbo
Miguel Ángel Vázquez. AEP
photo_camera Miguel Ángel Vázquez. AEP

LLEVA UNOS 40 años ejerciendo la medicina. Primero, como médico de Atención Primaria en Lugo, Monforte y Viveiro entre otros destinos y después como inspector médico, médico de Urgencias en el antiguo Xeral y también como geriatra, a lo que hay que sumar dos títulos más: especialista en Medicina de la Educación Física y del Deporte y doctor en Psicología Social. Este lucense, natural de Baamonde y afincado en Vigo, suma ya una década como presidente de la Sociedade Galega de Xerontoloxía e Xeriatría. Desde esta entidad y desde su consulta, Miguel Ángel Vázquez Vázquez observa el elevado índice de mortalidad por Covid-19 que se está dando en las residencias, que alcanza a 14 de cada 100 positivos.

¿Cómo ve, desde su posición de geriatra, lo que está pasando con el Covid en las residencias?
Importa poco lo que ocurre con las personas mayores en la sociedad. Los mayores no cuentan y el ejemplo del Covid demuestra esto. Los datos oficiales del Gobierno hablan de 29.800 muertos por el virus, de los que 20.000 serían en residencias. Sin embargo, el servicio de Vigilancia Epidemiológica maneja la estadística de mortalidad comparada, donde se ve que entre el 15 de marzo y el 22 de mayo pasados hubo 43.000 muertes más que el promedio de los últimos diez años, lo cual se debe al Covid. Con lo cual, podría haber bastantes más de 20.000 muertos en residencias.En vez de ser cuidados, los mayores fueron descuidados. Se murieron solos, de una manera inhumana. El personal no tenía trajes, ni pantallas, ni mascarillas para acercarse a ellos y ellos se murieron lejos de sus familias, con angustia y asfixiados. Y lo peor de todo es que nadie salió a la calle a protestar. En cambio, si muriesen 500 niños tendríamos un conflicto en la calle. Habría que ver por qué en Lugo y en Galicia hay tantos residentes afectados y eso que la gallega es una de las comunidades que menos plazas tiene. Algo debemos haber hecho mal.

Me llaman angustiados, llorando, porque sus compañeros se mueren o quedan con secuelas graves

¿Cuál es la tasa de mortalidad que está habiendo en las residencias por el Covid-19?
Se están muriendo entre el 11 y el 14 por ciento de los residentes infectados. Algunos quizá a consecuencia de procesos cardiovasculares que también pudieron tener que ver con el Covid. En cambio, el índice de mortalidad de los mayores positivos que viven en casa es del 0,64 por ciento; como se ve, bastante más bajo.

¿A qué se puede deber esta alta mortalidad en las residencias?
La media de edad de los residentes es muy superior a la de los mayores que viven en sus casas. Anda por los 85,5 años. No sabemos por qué se muere tanta gente. Algún factor se nos escapa. Algún mecanismo de contagio. Las residencias suelen ser sitios cerrados donde convive gente con pluripatologías y con trastornos neurocognitivos. No son espacios para el aislamiento. Las habitaciones son dobles, hay espacios comunes. Y no hay circuitos ni ascensores de limpio y sucio. El entorno es propicio para los contagios.

¿Cómo se podría bajar esta tasa?
Hay que dedicar esfuerzos a las residencias. Dos tercios de la mortalidad en esta segunda ola de la pandemia se da en las residencias. Se están haciendo mal las cosas. Galicia precisa un mando único en sanidad y un protocolo único en residencias. Ahora, cada área sanitaria establece su protocolo y esto no puede ser porque, por ejemplo, en algunas zonas se exige a los trabajadores nuevos que entran en las residencias que hagan una PCR y en otras, no. Los médicos de Atención Primaria tienen distintas instrucciones según donde trabajen.

Se están haciendo mal las cosas. Galicia precisa un mando único en sanidad y un protocolo único en residencias


¿Debería hacerse PCR a todos los trabajadores de las residencias?
Sería bueno que hubiese un diagnóstico precoz de los casos positivos a través de más PCR (haciendo pruebas, de vez en cuando, a los trabajadores). Y los resultados de las PCR deberían darlos rápido, especialmente si es personal nuevo. No pueden tardar cuatro o cinco días porque, mientras, los trabajadores o no se incorporan o, si lo hacen, pueden armar una gorda. Por todo esto, está claro que a los mayores no se los está tomando en serio y a los de las residencias, menos. A mí me llaman angustiados, llorando porque ven que sus compañeros se mueren y otros quedan con secuelas graves. Es un sufrimiento innecesario. Tenemos que proteger la salud de nuestros mayores por encima de todo.

¿Tendría que haber un médico en todas las residencias?
No, las residencias no son centros hospitalarios. Son espacios de vida. Por otra parte, los residentes no son enfermos agudos, aunque tengan diferentes tipos de dependencias muchos de ellos.

Se mueren cerca del 14% de los residentes infectados. En cambio, la tasa de los que están en casa es del 0,64%


¿Pero no cree que se hace una mejor vigilancia del estado de salud en los centros que cuentan con personal sanitario?
Puede haber, en ocasiones, un diagnóstico más rápido, pero no hay medios. Por ejemplo, los concentradores de oxígeno en las residencias tienen poca capacidad y las que tienen médicos, estos suelen estar ocho horas, no veinticuatro. En cambio, en un hospital hay médicos de guardia las veinticuatro horas. Además, un médico de una residencia no puede ver la historia clínica del paciente, ni pedir analíticas ni otras pruebas como ecografías. Sin embargo, los de Atención Primaria tienen todos esos recursos. Por lo tanto, debe ser el servicio público de salud el que atienda las residencias de mayores y, para ello, se debe reforzar el servicio con más personal.

¿No sobrecarga esto las consultas de Atención Primaria?
El residente antes estaba en su casa y tenía derecho a un médico de cabecera. Ahora muchos de estos mayores, que antes estaban en sus casas, están en la residencia. Para un médico de Atención Primaria es más fácil ir a visitar a 150 personas a una residencia que ir a sus casas. No hay por qué crear un sistema paralelo de salud. Lo que sí habría que hacer es quitar a los positivos de las residencias.

¿Y eso por qué?
Dejar a un enfermo en una residencia es un disparate y una barbaridad, desde la perspectiva de la salud pública y asistencia sanitaria. El personal de residencias no fue formado en infecciosos. Si dejamos a los positivos dentro, condenamos a los demás a morir. Por eso, ahora muchos viven asustados y angustiados. Esta enfermedad es altamente infecciosa y mortal. En Outeiro de Rei, querían enviar a un positivo hospitalizado de vuelta a la residencia; menos mal que el centro no lo cogió.

Las residencias no son centros hospitalarios. Es el servicio público de salud quien debe atender a los mayores


¿Por qué se cerraron las residencias integradas habilitadas para positivos que funcionaron, la pasada primavera, como Porta do Camiño, en Santiago, o la de Baños de Molgas, en Ourense, que llegó a dirigir usted?
Pues no sé, no tengo por qué decirle a la conselleira de Política Social (Fabiola García) lo que tiene que hacer. Lo importante es que se sigan sacando a los positivos de las otras residencias. O a los negativos, depende. De la otra vez, hubo centros donde llegó a ser más fácil sacar a los negativos. Lo importante es preservar la salud del resto de los residentes. Si no, el brote sigue creciendo en estos centros. Tiene que haber un plan de contingencia para cuando haya positivos en las residencias. Además, si en estos centros no está permitido que ingrese un mayor con una enfermedad infecto-contagiosa, ¿por qué ahora dejan dentro a los positivos de Covid-19?

¿Qué solución propondría usted entonces? ¿Para dónde llevaría a los residentes positivos si ahora ya no hay esos centros que los acogían en Galicia hace meses?
Tiene que haber un recurso intermedio entre la residencia y el hospital. En Lugo, por ejemplo, quizá se podría utilizar el hospital de Calde u otro edificio que esté libre y pueda servir para este fin, para los mayores positivos.

¿Tendrían cabida también estos residentes en los hospitales?
De la otra vez, durante el confinamiento, hubo hospitales que tenían sitio. No todos estuvieron hasta arriba. El Hula no superó el 47 por ciento de ocupación. Había, incluso, médicos en casa. Por ejemplo, el servicio de Geriatría cerró. Se debería buscar una solución y ver qué hacer con los residentes positivos. Este tipo de cuestión tendría que ser tratada en la comisión técnica que tiene el Sergas en la que, por cierto, hay médicos pero no hay personal de residencias. Esto no tendría que ser así tampoco, en esa comisión debería haber gerocultores, trabajadores sociales, psicólogos... O sea, personal de residencias.

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