Ana Carbajosa: "No creo que Angela Merkel tenga dificultades para apearse del poder"

Durante casi dos décadas, nada se decidía en Europa sin el plácet de la todopoderosa canciller alemana. La que fue corresponsal de El País en Berlín analiza su figura en Angela Merkel. Crónica de una era

 

El adiós de Merkel, en diciembre, tras entregar la Cancillería a Scholz. EFE
photo_camera El adiós de Merkel, en diciembre, tras entregar la Cancillería a Scholz. EFE
Hasta el pasado mes de diciembre, Angela Dorothea Merkel era la mujer más poderosa de Europa, relegando a la mismísima reina de Inglaterra. Profundamente europeísta, el influjo de la ex canciller traspasó las fronteras de Alemania para auparla a la escena global. Enigmática y rodeada de un círculo de confianza muy reducido, la periodista Ana Carbajosa, corresponsal de El País en Berlín durante su último mandato, trata de aportar nuevas claves en el libro Angela Merkel. Crónica de una era.
 
El adiós de Angela Merkel ha sido uno de los grandes acontecimientos del 2021, ¿cuál diría que es su mayor legado?
 
Han sido 16 años al frente de Alemania, la gran potencia económica europea, en los que a Merkel le ha tocado gestionar crisis de enorme calado como la del euro, la de los refugiados y ahora la del coronavirus. Queda el legado de una gran gestora de crisis tanto en Alemania como en Europa, donde ha buscado siempre el compromiso entre los partidos y los países. Esa eterna búsqueda del compromiso ha obligado a menudo e inevitablemente a rebajar o descafeinar la ambición de las reformas políticas. Deja, además, el legado de una forma de ejercer la política y el poder pausada, reflexiva, pegada a los hechos y muy racional, casi científica.
Su legado incluye una forma de hacer política reflexiva, muy racional, casi científica
¿Y la espina que se le ha quedado clavada?
 
La llegada de más de un millón de demandantes de asilo a Alemania a partir de 2015 desató una crisis política interna, también en su partido, muy dolorosa, que dio alas a la extrema derecha alemana xenófoba. En Europa, la crisis del euro y la querencia alemana por la austeridad creó fisuras muy profundas entre el norte y el sur de Europa.
 
La canciller fue, desde el 2005 hasta el 2021, la persona más poderosa de Europa. Conociéndola como la conoce, ¿cómo cree que vive ella su salida del escenario?
 
Merkel dice que ella no nació canciller y no parece que vaya a tener especial dificultad a la hora de apearse del poder. Es una persona con una curiosidad infinita que a partir de ahora aprovechará probablemente para viajar y para conocer nuevas realidades a otro ritmo.
 
¿Cómo debería gestionar Alemania, y también Europa, esta orfandad?
 
Habrá que ver qué pasa en Francia en los próximos meses, pero en Alemania, la formación del nuevo gobierno resulta en principio muy prometedora. Es muy heterogéneo y representa a sectores muy diversos de la sociedad. Es profundamente europeísta, progresista y llega con fuerza y ganas de cambio, sobre todo en el terreno ambiental de la mano de los verdes. Creo que son buenas noticias.
Ana Carbajosa. CEDIDA
En su partido la consideraban una líder efímera, de transición, pero obviamente se equivocaron. No era sencillo mantenerse en lo más alto teniéndolo todo en contra.
 
Es evidente la astucia política de una líder que ha logrado mantenerse en la cúspide del poder durante más de tres lustros y que se ha ido por su propio pie, sin perder una elección y con un altísimo índice de aprobación entre los ciudadanos. Junto a su determinación y a su capacidad para tejer consensos, haber sido una eterna subestimada probablemente la ayudó a escalar a la cima sin que la consideraran una rival de suficiente envergadura. Merkel domina además muy bien los tiempos y los silencios. Y quienes han negociado con ella dicen que sabe escuchar.
 
Sobrevivió a tres presidentes de España, cuatro presidentes estadounidenses, cuatro presidentes franceses, cinco primeros ministros británicos y ocho primeros ministros italianos, todos hombres. ¿Cuáles fueron sus armas para que no la barriese la ola del patriarcado político?
 
Merkel tiene un arma muy poderosa y es su falta de vanidad. No se toma casi nada de forma personal. Hay gobernantes que la han insultado, han tratado de humillarla o de engañarla, pero ella no deja que los ataques penetren su piel gruesa. Su objetivo último es salir de la mesa de negociación con un acuerdo debajo del brazo y a menudo lo consigue.
La mejor arma de Merkel es su falta de vanidad. Ella no deja que los ataques penetren su piel
Ha dicho que conocerla a ella es conocer la historia de Europa. ¿Por qué afirma esto?
La líder alemana ha supuesto una excepción biográfica en su país porque Merkel creció al otro lado del telón de acero, en la Alemania comunista. Es hija de un pastor protestante que emigró voluntariamente al este y Merkel no entró en política hasta que no tumbaron el muro de Berlín, por lo que sabe bien que la historia puede producir cambios profundos y repentinos. Es muy consciente de que las libertades y los valores democráticos europeos no pueden darse por sentados.
 
Quizás por eso es una fiel defensora de las instituciones y de la democracia, con un estilo de hacer política pausado y reflexivo, desde la razón. ¿Cómo sintetizaría el método Merkel?
 
Merkel es científica de formación y ejerció su profesión antes de dedicarse a la política. Tal vez por eso dicen de ella que su método negociador es casi científico: consulta mucho y escucha a los expertos. Se estudia los temas hasta el último detalle y solo al final decide. No se deja apresurar ni se mueve por las emociones. No es un una política impulsiva, al contrario, acostumbra a operar desde la razón.
 
¿Esa ha sido su gran baza para lograr simpatías ajenas a su partido?
 
Sí, en parte porque el sistema político alemán propicia la formación de coaliciones de gobierno, pero también porque ha ocupado la centralidad del tablero político, sacando adelante políticas que en principio no se esperaban de su partido de centro-derecha. Entre ellas, el apagón nuclear, el fin de la mili obligatoria, el salario mínimo o la entrada de un millón de refugiados.
 
Sin embargo, otras voces, como la del politólogo Hans Kundnani (‘La paradoja del poder alemán’), creen que ella ha sido negativa para la democracia, llegando este a decir que  “no creo que crea en nada”. ¿Está de acuerdo en alguna de estas afirmaciones?
 
Dicen de ella que es una política atrapalotodo. Haber asumido políticas de partidos rivales junto a la repetición de grandes coaliciones con la socialdemocracia, el principal opositor, ha mermado durante años la vitalidad del debate político en el Parlamento y, en el último mandato de Merkel, la ultraderecha acabó por ser la principal fuerza opositora.
 
Precisamente, la canciller mantuvo hasta el final de sus mandatos un férreo cordón sanitario con la ultraderecha, con la que se negó a formar ningún tipo de alianza. ¿Deberían seguir su ejemplo otros países, como España, donde emergen algunas de estas fuerzas?
 
Tanto el centro derecha alemán como el resto de partidos someten a la ultraderecha al ostracismo político. No cooperan con ellos ni directa ni indirectamente. No hay una receta mágica para acabar con los ultras, pero en Alemania el cordón sanitario ha logrado contener a la extrema derecha.
Los partidos alemanes someten a la ultraderecha al ostracismo, y han logrado contenerla
También supo deshacerse de otra de las grandes lacras de la política, la financiación irregular, al exigirle a Helmut Kohl que desvelara el nombre de sus donantes anónimos para mantener limpio el partido. ¿Cree que alguna vez veremos algo similar en España?
 
Merkel lanzó un órdago en aquel momento y ganó. Podía haberlo perdido, pero ganó. En cualquier caso, España y Alemania son países muy distintos, con un sistema y una cultura política muy diferentes.
 
Aunque Angela Merkel no quiso definirse como feminista cuando se lo preguntaron explicítamente, está claro que su personaje ha dado fuerza a la igualdad de género real.
 
Al margen de las políticas concretas de la canciller, lo cierto es que no debe subestimarse el papel que ha ejercido como referente para toda una generación de alemanes, para los que haber crecido con una jefa de Gobierno al frente de su país es lo natural
 
 
Así es la autora
Formación académica
►Ana Carbajosa (@anacarbajosa) es licenciada en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid, con un posgrado en Relaciones Internacionales y Medio Ambiente por la Universidad de Boston y el máster de Periodismo UAM-El País.

Trayectoria profesional
►Después de trabajar en cooperación internacional y gestión ambiental durante tres años, en 2001 se incoporó a la sección de Internacional del diario El País. Desde entonces ha sido corresponsal en Bruselas y Jerusalén y enviada especial en múltiples destinos (Indonesia, Mozambique, Etiopía, Líbano, Suecia, Bosnia...).
►Fue designada corresponsal de El País en Berlín coincidiendo con el último mandato de la canciller Angela Merkel, a la que ha seguido muy de cerca.
►Ha colaborado con el diario británico The Guardian. En la actualidad, vive en Londres.

Libros
►Ana Carbajosa debutó como escritora con Las tribus de Israel, en el que analizaba la sociedad israelí.
► Su segundo título es este Angela Merkel. Crónica de una era (Editorial Península). 
 
 

Comentarios