Sarria, en la cuerda floja

La villa vive su primera semana en nivel rojo sin apenas cambios en el ritmo diario, pero con preocupación sobre sus consecuencias
Vecinos en el bulevar de Calvo Sotelo, la principal calle comercial. PORTO
photo_camera Vecinos en el bulevar de Calvo Sotelo, la principal calle comercial. PORTO

Sarria finaliza su primera semana en nivel de alerta roja —este sábado la Xunta suprimió esa clasificación—, lo que apenas supuso cambios en el ritmo del día a día, pero sí genera preocupación e incertidumbre entre los negocios y los vecinos. El alcalde Claudio Garrido asegura que el municipio está "al límite" de sufrir un cierre perimetral y registra una tendencia al alza en casos, por lo que hace un llamamiento a la "máxima responsabilidad".

José Manuel Prado, de la peluquería del mismo nombre, afirma que el movimiento en la villa en estos días de alerta roja es "moi parecido" a semanas pasadas. El gran cambio lo percibieron con la reapertura de los negocios tras el confinamiento, momento desde el cual la clientela "baixou moito, ten medo". Ahora el comentario generalizado es "que teñen dúbidas, a incerteza é moi grande, sobre un peche perimetral, sobre a vacina..." Sin embargo, este profesional confía en que no haya nuevas restricciones.

Marcos Rodríguez: "Co covid notouse moito un descenso, sobre todo na tarde-noite, nas mañás hai menos, pero dentro do malo, trabállase"

PETICIÓN DE TEST. Con el incremento de positivos de covid y nuevos brotes, en el laboratorio de análisis clínicos José Luis Rivas, de la farmacia homónima, perciben un repunte en la solicitud de test de antígenos y anticuerpos.

Los piden "contactos de contactos " de contagiados, aquellas personas que viajan y se lo exige la compañía aérea o el hotel, las que regresan a sus casas de un viaje o pacientes de dentistas, explican Ofelia López y José Rivas.

También alumnos de clases en las que se da un positivo y a los que Sanidad no hace la PCR al no ser contacto directo. "Vén xente de distintas zonas da comarca cando hai un gromo", aclaran.

En las dos pruebas se tienen los resultados en 15 minutos. Para el test de antígenos se toma una muestra de la nariz, en el de anticuerpos, de sangre.

Ofelia López: "Se hai gromos ou algún caso, notamos un repunte de test. Veñen contactos de contactos, aos que non lles fan PCR"

En los supermercados el día a día también continúa más o menos igual, como en Carrefour Express. Anxo García afirma que "na compra diaria non se nota" ni por ahora tampoco se observa un acopio de productos. "Vemos tranquilidade, non percibo medo, pero si máis concienciación", apunta.

En el mismo sentido se manifiesta Nacho Alvaredo, de la tienda de ropa Senayo. Para él es "unha gran sorte" que esté abierta la hostelería, pues "dinamiza máis as rúas, cando está pechada é moito máis prexudicial". "Dependemos das necesidades dos clientes de ter que saír, de ter eventos... Agora teñen menos necesidade e inflúe máis o ánimo do consumidor", opina. Advierte un temor a nuevas restricciones y volver a cerrar sería "un duro pau". "Faise moi longa e moi dura a situación para os negocios e animicamente", señala Alvaredo, quien es optimista y espera que "en catro ou cinco meses se normalice" la situación.

Muy cerca de esta tienda se ubica la cafetería D’Pont de Marcos Rodríguez. Para este hay "medo" entre los clientes a consumir en el interior y prefieren estar en la terraza. Teme que con el aumento de los casos cierren los negocios, pero, mientras tanto, "aguantaremos o máximo posible, coas medidas de seguridade".

José Manuel Prado: "Temos moitos clientes de concellos limítrofes e se houbera un peche perimetral sería fatal para os negocios"

RESTRICCIONES. "El comentario de todos es que nos van a encerrar, hay miedo a que haya más restricciones ". Así resumen el ánimo de la población en el estanco Genín, que sí percibieron que bajaron "un poco" las ventas y "menos movimiento " desde que Sarria pasó a nivel rojo. Con este negocio coincide el taxista José Antonio López. "Ya estaba flojo y algo más se notó, la gente está preocupada", dice.

En este sector observaron un importante bajón desde el inicio de la pandemia. Unos de sus principales clientes son los peregrinos y hubo "muy pocos". Ahora su trabajo se centra en traslados de vecinos de Sarria o de los pueblos de alrededor, indica. En la parada en la que él se encuentra calcula que el trabajo descendió "por lo menos un 50 por ciento".

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