El Camino de Álvaro, modelo de superación

Álvaro Calvente, un joven de 14 años con una discapacidad mental, inició junto a su padre y un amigo la ruta jacobea en Sarria
Álvaro Calvente, un joven con discapacidad que realiza el Camino desde Sarria. DMP
photo_camera Francisco Javier Millán y Álvaro e Ildefonso Calvente, en Sarria. DMP

Las dificultades que nos encontramos en el día a día son, en muchas ociones, más pequeñas de lo que presuponemos. Esta conclusión es la que transmite Álvaro Calvente, un joven de 14 años con una discapacidad mental, que este miércoles comenzó en Sarria el Camino de Santiago junto a su padre, Ildefonso, y Francisco Javier Millán, un amigo de estos.

Los tres, oriundos de Málaga, realizan el trayecto por motivaciones "religiosas", como afirma Ildefonso. Además, el padre explica que "Álvaro es un niño con un retraso madurativo, pero que no le afecta a la memoria". Añade que, "junto a la ayuda de Dios", querían demostrar que un joven como él "puede hacer las cosas como los demás".

La ruta la narran vía Twitter (El Camino de Álvaro), siendo su "primera experiencia" con las redes sociales, como explica el progenitor. El responsable de la idea fue el tío de Álvaro y cuñado de Ildefonso, Antonio Moreno, que los convenció argumentando que era "una buena manera de evangelizar", como indica. Crearon la cuenta el pasado domingo, día 5, y al cierre de esta edición contaban con más de 2.000 seguidores. La repercusión que están teniendo en redes sociales les sorprende, a la par que les enorgullece. "Nos habla gente de diferentes partes del mundo para felicitarnos", dice Ildefonso.

"Álvaro nos da —en referencia a él y su esposa— más de lo que nosotros le damos a él", comenta orgulloso el padre sobre la forma de ser de su hijo. Álvaro es el séptimo de diez hermanos, aunque ninguno pudo acompañarlos por diferentes motivos. Entre ellos está la pandemia del Covid que, como asegura el progenitor, "te hace pensar en el presente, puesto que mañana podrías no estar aquí".

Tienen previsto llegar este domingo a Santiago para, cinco días después, hacer otra ruta en Burgos. Este maratón de kilómetros prueba que la ambición por superarse día a día tanto de Álvaro como de su padre no tiene parada.

Comentarios