Los profesores del Frei Luis de Granada suspenden las clases tras ser apuntalado parte del colegio

La Xunta asegura que las obras son "preventivas" y que las clases no se habían suspendido porque la seguridad estaba garantizada
Parte del patio que fue apuntalado este fin de semana por la Xunta. PORTO
photo_camera Parte del patio que fue apuntalado este fin de semana por la Xunta. PORTO

Los profesores del colegio Frei Luis de Granada de Sarria decidieron suspender este lunes las clases después de que fuesen apuntaladas varias dependencias del centro, al entender que había peligro para los alumnos. Los padres, por su parte, mostraron su malestar porque la decisión se adoptase una vez que los niños ya habían sido transportados hasta el colegio. Muchos estaban en sus trabajos y tuvieron que desplazarse al centro a recogerlos. Mientras, la Xunta sostiene que no había motivos para suspender las clases y que la seguridad estaba garantizada.

El conflicto surgió después de que la Xunta apuntalase parte del patio del colegio Frei Luis de Granada de Sarria, medida que se tomó de forma "preventiva", según la delegación territorial, que el domingo aseguraba que no existía motivo de alarma. Este apuntalamiento generó preocupación entre padres, pues se produce ocho años después de que aparecieran grietas en el inmueble y los alumnos tuvieran que ser reubicados en otros centros educativos durante todo un curso.

Fuentes de la delegación territorial indicaron que desde que se produjo aquel problema, en noviembre de 2011, los expertos realizan controles periódicos en el edificio y que el sábado fue apuntalado de manera "preventiva" a la espera de realizar esta semana un nuevo informe sobre el inmueble para ver cómo evoluciona. Los especialistas creen que no existen problemas en la construcción, señalaron desde la la administración autonómica.

"Ahora los profesores se han negado ir con los niños a las aulas y dar clases", denuncia el presidente del Anpa

En una nota, el colegio ya avisó a los padres de que los técnicos de la administración autonómica colocarían puntales "para analizar e realizar un estudo en certas partes da estrutura do edificio da escola, para máis seguridade e tranquilidade de todos/as". "A consellería tamén informou que non é necesario suspender as clases", añade, pues apuntalar es "parte do proceso de estudo", concluye la nota.

"ES UNA IRRESPONSABILIDAD". Por su parte, el presidente del Anpa del colegio, José Luís Díaz, ha criticado este lunes que los profesores hayan decidido suspender las clases por las obras.

"Los padres que trabajamos no contábamos que los niños volvieran para casa"

Díaz ha recordado que "el colegio tuvo problemas hace unos cinco años" y "la Consellería (de Educación) estaba haciendo unas mediciones de unas grietas que presentaba y evolucionaban bien las obras, pero a la vuelta de las vacaciones de Navidad alguna de esas grietas aumentó", ha concretado. 

"Por seguridad de los niños y de todo el mundo, se apuntaló una parte importante del colegio y ahora los profesores se han negado ir con los niños a las aulas y dar clases", ha manifestado este padre.  Por ello, que los docentes hayan decidido suspender las clases, le parece a Díaz "una completa irresponsabilidad, porque los niños que han sido transportados ahora no tienen transporte (por la mañana) para volver a sus casas". 

Hace ochos años el Frei Luis de Granada permaneció cerrado durante diez meses por unas obras de reforma y los alumnos fueron reubicados en otros centros

"Los padres que trabajamos no contábamos que los niños volvieran para casa", ha abundado. Finalmente, el presidente del Anpa Frei Luis de Granada estima que son "400 niños (en el colegio)" y, ha puntualizado, "a 300 los han venido a buscar sus padres y otros cien permanecen en el comedor del centro", a la espera de contar con el transporte escolar. 

Los antecedentes
Hace ochos años el colegio tuvo que estar cerrado durante diez meses, cuando fue sometido a obras de reforma tras la aparición de grietas. Estas fueron detectadas el 14 de noviembre de 2011, tras lo que evacuaron a los 370 alumnos con los que contaba y la administración autonómica apuntaló parte del patio y cuatro aulas.

Unos diez días después los estudiantes volvieron a las clases, pero fueron reubicados en aulas de la escuela de educación infantil y de los institutos Gregorio Fernández y Xograr Afonso Gómez. Sin embargo, entonces continuaron utilizando el comedor de su colegio, ya que no se encontraba afectado por las grietas.

En aquel momento la Consellería de Educación ejecutó unas obras de remodelación, con un coste de 115.000 euros. Los trabajos conllevaron la rehabilitación de los tabiques, mejoras en la zona de la cocina y el pintado de aulas y otras estancias del inmueble. Además, se aprovechó la actuación para instalar un ascensor con el que mejorar la accesibilidad en el colegio, el cual está en marcha desde 1975.

Tras la reforma, en septiembre de 2012, la escuela reabrió sus puertas, recuperando así la normalidad este centro educativo que imparte educación infantil y primaria.

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