ANA GONZÁLEZ

"Me deja atónita que se escuche nuestra música 40 años después, hasta en Corea"

Ana González, con raíces en Sober, fue, en Tarántula, una de las primeras cantantes rock de España

 

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photo_camera Ana González, cantante del grupo Tarántula. LUIS A. RODRÍGUEZ

Su madre nació en Proendos (Sober) pero, como otros muchos gallegos, emigró para buscarse un futuro mejor. Recaló en Valencia, donde se casó y fruto de su matrimonio nació hace poco más de 60 años Ana González Pazos, quien a finales de los 70 del pasado siglo XX se convirtió en una de las primeras mujeres en poner voz a un grupo de rock, Tarántula.

¿Cómo sucedió todo?

Empecé como cantante en una ópera rock y gracias a los contactos de mi exmarido y amigos de Valen, el líder de Tarántula, entré en 1978 en este grupo cuando se refundó. Tarántula buscaba darle una vuelta de tuerca a la formación y a su estilo, comenzar a hacer una mezcla entre rock sinfónico y duro. Hice unas pruebas y dijeron que encajaba, todo a pesar de que en aquel momento el panorama musical del pop y del rock español estaba liderado por hombres.

¿Funcionó el experimento?

Creo que sí. Con Tarántula fuimos capaces de llegar a Madrid invitados por la productora musical Chapa Discos para grabar en 1978 un elepé. Me acuerdo perfectamente que Mariscal, el responsable de Chapa, y mi compañero Valen, me pidieron que desgarrase la voz para la canción ‘Blancanieves’. Fui poco a poco hasta conseguir el efecto vocal que les interesaba y que convirtió esa canción en un icono en aquel momento. Gracias a ella fuimos al afamado programa de Televisión Española ‘Aplauso’, a hacer giras por toda España y a vender un montón de discos.

Dijo antes que en el panorama musical de aquella época apenas había vocalistas femeninas.

Era realmente raro. De aquellas estaban de moda Burning, Asfalto, Bloque o Cucharada, por nombrar a algunos, todos formados por hombres. Creo que fue una rareza la entrada de mujeres en el rock nacional cuando este explotó en España tras la muerte de Franco. Sin ir más lejos, ello ha movido a Leo Cebrián Sanz y a Paco Manjón a elaborar un documental titulado ‘Ellas son eléctricas’, en el que se acercan a las mujeres que entre los años 70 y 90 formamos parte de algún grupo y conocer nuestras vivencias. Su trabajo se presenta el día 19 de este mes en la sala Off- Latina de Madrid. Allí estaré.

¿Cómo fue aquella vivencia?

Totalmente inolvidable, con actuaciones en decenas de ciudades españolas acompañando a Miguel Ríos, a Ramoncín y a la Orquesta Mondragón, entre otros muchos grupos de éxito del momento. Fue una época de mi vida que está incrustada en mi corazón.

Y punto final, supongo.

Ni mucho menos. A los productores del documental ‘Ellas son eléctricas’ les costó localizarme porque no tengo redes sociales, pero a base de empeño dieron conmigo para entrevistarme y, lo mejor de todo, ello sirvió para recomponer Tarántula y sacar un nuevo elepé con nuevas canciones y otras que nunca se escucharon porque quedaron guardadas en los años 80 en un cajón.

¡Qué me dice!

La primera sorprendida soy yo. Cuando contacté con mi antiguo compañero Valen y me dijo que Tarántula tiene en redes sociales 185.000 seguidores me quedé atónita, pero más cuando supe que siguen comprando nuestros discos y que la mayoría de los fans están en países del este de Europa y Corea del Sur. Siguen escuchando nuestra música 40 años después. Solo puedo estar orgullosa y muy agradecida por ello, pero también por el hecho de formar parte de la historia de la música de este país gracias al documental ‘Ellas son eléctricas’. Antes de despedirnos.

¿Soberesa o valenciana?

Mi corazón está aquí, en Sober. Acudo todos los años para encontrarme con mi familia. Sí, nací y me crié en Valencia, pero Sober es parte de mi esencia.

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