El monfortino que investigó la fiebre tifoídea, la sífilis o el cólera

La fachada de la casa en la que nació Maximino Teijeiro luce desde el año 1907 una gran placa de piedra con su nombre en reconocimiento a eminente labor
Maximino Teijeiro y la placa en homenaje.
photo_camera Maximino Teijeiro y la placa en homenaje.

El doctor Maximino Teijeiro Fernández, sin la menor duda, figura con letras de oro en la nómina de hijos ilustres de Monforte y en el cuadro de honor de la medicina gallega del siglo XIX.

Nació el 30 de septiembre de 1827 en la capital de Lemos, en la casa número 37 de la calle que lleva su nombre. Le fue dedicada en vida por acuerdo de la corporación local en 1897, en reconocimiento a su excepcional labor investigadora en el campo de la ciencia médica.

Su infancia y los primeros años de juventud transcurren en la entonces rural villa monfortina, donde cursa en el Colegio de la Compañía estudios de Filosofía entre 1841 y 1844. Con 17 años se la abre el camino de los estudios universitarios, que cursaría animado, con toda probabilidad, por su cuñado Antonio Casares, otro monfortino ilustre casado con su hermana Juana y catedrático de Química en Santiago allá por 1845.

Teijeiro logra la licenciatura en medicina en 1853 y entra como docente en la facultad de Santiago. En 1862 consigue por oposición la cátedra de Anatomía General de Valladolid y, al año siguiente, viene trasladado a Santiago. Realizó la primera laparotomía abdominal que se practicó en Galicia.

En 1886 fue a Paris para conocer los procedimientos de Pasteur acerca de la terapéutica de la rabia

En Compostela compagina docencia e investigación con estudios sobre la fiebre tifoidea, la sífilis o el cólera. En 1886 es comisionado a París para el estudio de los procedimientos de Pasteur en la terapéutica de la rabia. Fue rector en Santiago entre 1891 y 1900, año este en el que falleció a causa de una bronconeumonía.

Un mes después de su óbito, el Ayuntamiento de Monforte adopta el acuerdo de erigir una estatua al eminente médico. Según lo decidido por la corporación se emplazaría en una de las plazas del pueblo y se crea una comisión para recaudar fondos para tal fin. A principios de noviembre dicha comisión proseguía su trabajo "con éxito" para lograr el objetivo propuesto, según noticias aparecidas en prensa.

Sin embargo, a mediados de ese mes, la comisión pro estatua al doctor Teijeiro acuerda que si los fondos recaudados no llegan para pagar una en broce "se haga en mármol y si aún esto no fuese posible, los cual no es de esperar, se consultará a los donantes la manera con que haya de perpetuarse la memoria del esclarecido monfortino". De este comunicado se puede sospechar que los donativos no debían marchar según lo previsto.

Se acordó erigir una estatua del afamado médico, pero no se consiguió el dinero necesario para ello

A finales de noviembre de 1900, se crea en Vigo, de la mano del director de Sanidad Marítima, una junta local para arbitrar recursos con destino a la suscripción iniciada en Monforte para erigir la mentada estatua. En marzo de 1901 queda constituida también en Lugo, bajo la presidencia del profesor Ramón Iglesias, una junta local para captar fondos para la estatua. En ese mes lo recaudado por los comisionados ascendía a 2.935 pesetas.

Nada más sabemos del trabajo de esa comisión y juntas creadas. Lo cierto es que la planeada estatua al eminente doctor Teijeiro Fernández no se levantó y tuvo que conformarse con una placa en la vivienda donde nació, en un acto oficial de homenaje celebrado el 30 de junio 1907, con presencia de autoridades locales y de Santiago. Cuentan las crónicas que la calle dedicada al galeno estaba abarrotada de gente, siendo imposible el tránsito por la misma. En la casa número 37 se colocó una una lápida en su recuerdo, que se descubrió en dicho acontecimiento.

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