Una monfortina desarrolla un dispositivo portátil para detectar alérgenos en la comida

Andrea Hernández espera, junto a sus dos socios, sacar al mercado en 2020 una pulsera electrónica que analice los alimentos e informar de su composición

Andrea Hernández, en el puente medieval de Monforte. TOÑO PARGA
photo_camera Andrea Hernández, en el puente medieval de Monforte. TOÑO PARGA

La monfortina Andrea Hernández, junto a su compañero de investigación Javier Pedraza, se llevó el tercer galardón del premio Ideas, convocado por la Fundación Una Galicia Moderna, que concede el colegio de Economistas de A Coruña. El reconocimiento es por su "start-up" de reciente creación, que pretende acercar al consumidor un pequeño dispositivo (pulsera o lengua electrónica) para identificar de manera instantánea si un producto contiene alérgenos o sustancias que el consumidor no deba ingerir.

Andrea Hernández, la fundadora de esta empresa, es una física especializada en electrónica. Estudió en Santiago de Compostela, Portugal y Brasil, donde tuvo la oportunidad de aplicar sus conocimientos en proyectos de biosensores en las llamadas lenguas electrónicas.

"En estos últimos países desarrollamos sistemas de medición de suelos para el control de plagas en campos de cultivo", señala. La experiencia le sirvió, de regreso a Monforte, para poner en marcha el pasado verano un proyecto innovador para la creación de una empresa biotecnológica.

El objetivo final es ofrecer al consumidor una pulsera que permita la toma de datos y parámetros tanto fisiológicos como alimentarios

"Somos tres socios y ahora mismo estamos en plena fase de aceleración para darnos a conocer y buscar financiación", asegura la directora de lo que se llamará provisionalmente Sense (Z). La razón de tal nombre se encuentra en que mientras que la pulsera electrónica no llegue al consumidor, algo previsto para 2020, la empresa trabaja con la industria alimentaria para aplicar su tecnología en productos y así testar su fiabilidad y calidad. "El hardware ahora mismo tiene grandes dimensiones, por lo que de momento lo estamos dedicando al control de calidad para aportar un valor añadido a este tipo de sellos", apunta Andrea Hernández.

Esta doble vertiente forma parte de la idea empresarial de Andrea Hernández, Javier Pedraza y Javier Casal, este último encargado de la parte económica. "Nuestro dispositivo verifica si los productos alimenticios cumplen o no la normativa actual. Una vez que sí lo hacen, facilitamos el protocolo necesario para que la empresa pueda solicitar el sello de calidad. También asesoramos en el procedimiento de este tipo de trámites", destaca.

Sense (Z) se encuentra ahora mismo en esta fase necesaria para testar su dispositivo en condiciones reales. "La idea es que el primer semestre de 2018 lo dediquemos a la búsqueda de financiación. En el segundo, nos centraremos en sacar el primer prototipo, pues el objetivo que nos hemos marcado es tenerlo listo a finales de 2018", apunta esta la emprendedora monfortina.

El objetivo final es ofrecer al consumidor una pulsera que permita la toma de datos y parámetros tanto fisiológicos como alimentarios mediante sensores.

Comentarios