Cuando Monforte llegó a lo más alto

Esta temporada se cumplen 25 años del ascenso de A Pinguela a Primera División, un éxito que culminaría con el salto a Superliga y el club codeándose con los mejores equipos de España

Celebración del ascenso de A Pinguela a Superliga en 2009. AEP
photo_camera Celebración del ascenso de A Pinguela a Superliga en 2009. AEP

El voleibol no es un deporte más en Monforte. En la ciudad del Cabe existe una especial pasión por esta disciplina, que practican muchos niños y está presente en todos los centros de enseñanza. La historia empezó en 1994. Entonces, un equipo rompió pronósticos y barreras en un lugar donde, como en casi todos el mundo, el gran rey era el fútbol. Además, estaba casi exclusivamente reservado a los hombres.

El voleibol rompió con fuerza una doble barrera. Discutió al fútbol su trono y puso Monforte en el mapa nacional de la mano de una inmensa mayoría de mujeres. El AD A Pinguela logró aquel año el ascenso a Primera División.

La proeza supuso la primera piedra de una aventura que terminó con Monforte formando parte de la élite de este deporte. Tras estrenarse en Primera llegó el salto a la División de Honor, que pronto se convertiría en lo que hoy se conoce como Superliga, la máxima categoría del voleibol en España.

Manolo Martínez: "Aquilo foi un bombazo que levou o nome de Monforte por toda España"

Recuerda bien estos tiempos uno de los precursores de aquel proyecto. Manolo Martínez era el entrenador que dirigió desde el banquillo la irrupción de A Pinguela entre las mejores. También él se encargó de marcar las directrices a seguir para que una entidad muy humilde -su presupuesto siempre estaba entre los dos más bajos de la liga- aguantase en la cumbre 14 años.

El pabellón de A Pinguela registraba llenos cada fin de semana que había partido de voleibol. Entre sus paredes jugaron, durante la etapa en Superliga, deportistas de talla internacional, con experiencia en Juegos Olímpicos o campeonatos del mundo con las selecciones de sus países. Era el caso de la la rusa Ana Komarova o la búlgara Daniela Silestrova.

Sin embargo, Manolo Martínez cita tres nombres que, para él, definen la evolución del voleibol durante esa época. Uno es el de la venezolana Yoraxi Meleán, que actualmente forma parte del cuerpo técnico del Ribeira Sacra -institución heredera de A Pinguela-, otro, el de la cubana (campeona olímpica y del mundo) Mercedes Calderón y también el de la peruana Verónica Contreras, residente en Monforte hoy en día.

As deportistas que viñeran xogar a Monforte tiñan que asumir a responsabilidade de dirixir un equipo nas escolas deportivas

Son solo una pequeña parte de un selecto grupo de jugadoras de gran nivel que llevaron el nombre de Monforte y de la Ribeira Sacra por todo el territorio español. Muchas de esas competidoras, algunas salidas de la cantera de A Pinguela, siguen en lo más alto del voleibol. Es el caso de Noelia Sánchez, del Avarca de Menorca.

Recuerdos. Por Monforte pasaron jugadoras de una calidad superlativa y equipos estratosféricos. Resulta inevitable pensar en la sección de voleibol del Barcelona o el Tenerife, en su día campeón de Europa.

El pabellón monfortino sirvió también como sede para dos Copas de la Reina, una Copa Princesa y la fase previa de un Europeo júnior, así como de un encuentro amistoso entre España y Cuba. Lo mejor del voleibol nacional e internacional pasaba por Monforte y A Pinguela ponía su grano de arena compitiendo. Su techo fue un sexto puesto. La permanencia era siempre el objetivo de un equipo que se vio obligado a recuperar la categoría en 2009, tras descender a Superliga 2.

El legado. El AD A Pinguela pasó a llamarse Ribeira Sacra y hace años su directiva, por dificultades económicas, decidió renunciar a su plaza en Superliga y centrarse en las categorías de formación. Sus principales equipos juveniles, cadetes e infantiles juegan en Primera División de Galicia y siguen formando jugadoras de élite.

Carolina Camino (en la selección española permanente), María Rodríguez Sanjurjo o Antía Rodríguez han recogido el testigo. Ellas mantienen intacta la representación monfortina en el nivel más alto del voleibol.

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