'Cavino', la ruta que te lleva a Santiago de la mano del vino

Una iniciativa propone peregrinar a través de las distintas denominaciones de origen
Un 'cavinante' en Belesar. EP
photo_camera Un 'cavinante' en Belesar. EP

Dicen que todos los caminos llevan a Roma y con Santiago ocurre lo mismo. Las formas de peregrinar a la capital compostelana son infinitas en función de las necesidades, las posibilidades, los gustos o las preferencias del caminante. Más allá del itinerario y de la motivación, lo importante son las vivencias que se acumulan durante el recorrido.

Una de las alternativas más novedosas es el denominado Cavino. Se trata de un viaje de ocho días de duración en el que se recorren media docena de etapas no consecutivas del Camino Francés, del Camino de Levante y del de Invierno y en el que el viajero puede sumergirse en el mundo de la enología y visitar cinco bodegas españolas de las denominaciones de origen Rioja, Ribera de Duero, Toro, El Bierzo y Ribeira Sacra.

Los promotores de la iniciativa aseguran que, en realidad, el Camino de Santiago y el vino están mucho más vinculados de lo que pueda parecer. Ese vínculo viene de la mano de los monasterios, principales promotores de la viticultura. Fueron los monjes y los peregrinos los que introdujeron el cultivo del viñedo y las variedades de uva en muchas zonas de producción y, según explican desde Cavino, esto es muy visible en el caso de la Ribeira Sacra.

Los tramos que normalmente se hacen dentro de esta iniciativa tienen una media de 12 kilómetros de duración y en el Camino de Invierno, que conforma la quinta etapa de la propuesta, se recorre el tramo de Piñeiro a Belesar, que une O Saviñao con Chantada.

El trayecto arranca en una zona rural para seguir por el llamado Camiño Grande, entre recios muros de piedra e inmensos robledales. Después, un tramo sigue parejo al río Miño y permite disfrutar de O Cabo do Mundo. La siguiente parada es en la iglesia románica de San Paio de Diomondi y de ahí a Belesar, en un descenso sinuoso entre el paisaje que construye la viticultura heroica. La ruta se acerca a la bodega Vía Romana, en la que se hace parada y cata de vinos.

El Cavino tiene una sexta y última etapa entre Lavacolla y Santiago de Compostela, en este caso no hay ninguna visita ni actividad en bodega, pero el reto es que el cavinante pueda rematar, como cualquier otro peregrino, en la catedral compostelana.

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