Tapadera de controles

La mejor garantía de la libertad de expresión y del derecho de los ciudadanos a acceder a la información se asienta en la pluralidad de medios de comunicación. El control de la información por instancias gubernamentales o políticas acaba siempre en censura y dirigismo informativo. Los medios públicos en España son un triste ejemplo. No hay referencias de sistemas o fórmulas que aseguren mayor grado de libertad y de acceso a la información por parte de los ciudadanos que el que se conoce en las democracias parlamentarias occidentales. No se ha experimentado en la práctica que exista otra fórmula mejor que evite los riesgos evidentes de uniformismos y monopolio de la información por una minoría que se da en el mundo. Libertad para crear medios y empresas informativas, como defendía el fundador de Le Monde, como garantía real para la libertad de expresión. Respeto y protección para la tarea de informar, para el derecho al acceso a la información, que se traduce en ausencia de legislaciones o regulaciones específicas. Las cuales la historia demuestra que solo sirven al objetivo de coartar y dirigir. Con temor hay que ver, por tanto, la idea del líder de Podemos, Pablo Iglesias, de regular para asegurar y controlar la información por los ciudadanos. ¿Quién es el controlador en nombre de los ciudadanos? Son suficientes las leyes civiles y penales generales. Lo acabamos de ver en el caso News of the World, con la condena a 18 meses de cárcel a su antiguo director Andy Coulson, asesor de Cameron. Los hechos dicen que los comités, consejos o como quiera que se les denomine que emanan del poder político o asambleario acaban siendo brazo ejecutor de propaganda y de la persecución a quien opina diferente. Venezuela, en este asunto, es un buen referente de lo que no se debe hacer. La realidad en la que nos movemos no es perfecta. Los intentos de mejora, que no sean hacia atrás.

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