Que ardan las almenaras

Cuando el breoganismo pide ayuda, Lugo siempre acude. El Breogán cuenta con una masa de seguidores que acudirían al Pazo aunque estuviera en plenos Ancares
Dani López lanza a canasta
photo_camera Dani López lanza a canasta

HAY UNA escena en El Señor de los Anillos que me tiene loco. Es hacia el final de la tercera película, cuando Minas Tirith está a punto de caer. Uno de los hobbits decide tomar cartas en el asunto y enciende una almenara, una especie de antorcha gigantesca en lo alto de la ciudad. Es la manera de pedir ayuda. El fuego es visto desde la cumbre de una montaña cercana, donde se enciende otra almenara, y así una tras otra a lo largo de una interminable cordillera: Vale, la alarma está dada, pero ¿qué clase de trabajo es ese? Pasarse años y años en un pico nevado, con un frío que pela, esperando ver una luz a lo lejos para encender un fuego...

Este viernes me acordé de esa escena en el Pazo dos Deportes; no porque ardiese algo, ni porque hiciese frío, fue al ver el habitual superávit en la grada de los días señalados. Porque ahí se puede apostar sin riesgo. Cuando el breoganismo pide ayuda, Lugo siempre acude.

El Breogán cuenta con una masa de seguidores que acudirían al Pazo aunque, en lugar del campus universitario, estuviera en plenos Ancares y no tuviese techo. Es la guardia pretoriana, la élite de los ejércitos celestes, los que se traen la camiseta de casa, las columnas que sostienen un edificio al que alguna que otra vez se le ha visto una grieta. Pero en partidos como el de este viernes llegan refuerzos, y lo hacen sin necesidad de quemar nada. El Breogán ha dado tantas alegrías a esta ciudad que basta con leer en el periódico el día y la hora del partido. Bueno, tantas alegrías y tantas tristezas, que de ellas brotan muchas veces los abrazos más fuertes.

Tristezas como la que enmudeció el Pazo cuando el tiro de tres de Dani López se quedó a medio camino de hacerse con un hueco en la lista de gestas breoganistas. Esta vez ni los refuerzos bastaron para superar al Coruña. Solo cabe hacerse ahora una pregunta: ¿volverán este domingo tantos o más?

Minas Tirith aún no ha caído, pero el breoganismo necesita ayuda. El rival que hay enfrente es poderoso. Suena a disculpa de alevines, pero es que son muy altos. Para pedir ayuda a A Coruña no necesitan prender almenaras por las cumbres, pueden poner a Sergio Olmos en Rábade, a Tomas Hampl en Guitiriz y a Gediminas Zyle en Betanzos con una antorcha en la cabeza.

El cuarto partido del play off entre el Breogán y el Coruña se jugará este domingo a las 18.00 horas en el Pazo dos Deportes. Lo escribo porque sé que Lugo solo necesita leer esto para acudir en ayuda del Breogán.

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