As Pontes se viste de verde

La Escuela de Idiomas celebró por segundo año el San Patricio, una cita en la que 60 alumnos se empaparon de la cultura irlandesa
Profesoras de la escuela de idiomas de As Pontes, con sus alumnos al fondo.
photo_camera Profesoras de la escuela de idiomas de As Pontes, con sus alumnos al fondo.

La delegación de la Escuela Oficial de Idiomas (EOI) de As Pontes se vistió de verde para celebrar por todo lo alto la fiesta de San Patricio, una cita que permitió a un total de 60 alumnos empaparse de la cultura irlandesa.

«El año pasado nos pareció interesante promover un evento que acercase a los alumnos al idioma desde un punto de vista cultural. No tanto para aprobar un examen, sino ir un paso más allá», explica Ana Dopico, una de las profesoras de la escuela, que confirma que el éxito fue rotundo. Y este año no se quedó atrás.

Los participantes en esta fiesta disfrutaron de un amplio programa de actividades diseñado para la ocasión, que arrancó con un recibimiento muy especial, con las profesoras disfrazadas, y la presentación de un suculento menú degustación, que después pudieron catar.

«Casi parecía de boda», asegura Ana, mientras resume que entre los múltiples manjares los alumnos pudieron probar «diferentes variedades de pan de soda, mantequilla pura irlandesa, dulces de crema de calabaza y bizcochos de la suerte» y todo esto regado con la cerveza típica y el necesario té negro irlandés.

Este año, la EOI fomentó entre los alumnos que, además de llevar algún elemento verde, tal y como ya ocurrió el año pasado, realizasen una buena acción por el medio ambiente. «Por eso les pedimos que llevasen sus propias tazas y teteras para evitar generar tanto plástico durante la degustación», precisa la profesora, satisfecha por la buena respuesta del alumnado.

Pero como en este caso lo primordial no era comer, sino aprender, el programa de actos dio paso a otras actividades. Entre ellas, un divertido concurso por equipos «organizados en condados» donde compitieron para superar diversas preguntas y pruebas y luchar por el preciado premio, que este año fue «una galleta hecha a mano con forma de trébol».

El fin de fiesta llegó con un gran baile, en el que los alumnos aprendieron algunos pasos de una pieza tradicional irlandesa. «Así bajamos todo lo que comimos y nos divertimos muchísimo», destaca Ana Dopico, que reconoce que esta experiencia es muy positiva para todos.

«El año pasado se quedaron tan emocionados que algunos nos dijeron que si aprobaban el examen de intermedio 2 se iban de vacaciones a Irlanda, y así fue», concluye la profesora, esperanzada en que esta actividad tenga continuidad en el tiempo, siga creciendo y sumando éxitos.

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