La colada exprés

Carmen Pena abrió la primera lavandería autoservicio de As Pontes, un nuevo negocio que pretende combatir la falta de tiempo y ser un punto de reunión para la gente
Carmen (a la derecha), en la lavandería
photo_camera Carmen (a la derecha), en la lavandería

Tiene ese aire de película americana, el sabor del clásico escenario de los trabajos de Isabel Coixet en el cine. Pero es una realidad, que pese a ser la primera en As Pontes y un servicio que todavía no ha llegado a la comarca chairega, está cada vez más extendido.

Hace apenas unos días Carmen Pena, de 53 años, decidió probar el negocio y abrir una lavandería autoservicio en As Pontes. Estaba en el paro y consciente de que con su perfil la inserción laboral sería complicada apostó por abrirse su propio camino en un sector que ella desconocía.

«Llevaba un tiempo dándole vueltas. Por el estilo de vida que llevamos, con las prisas de hoy en día y siempre con la necesidad de tiempo, creo que puede funcionar», dice, mientras asegura que ese espacio pintado de naranja, con tres grandes lavadoras y dos secadoras encajadas en la pared, puede convertirse «en un punto de reunión de la gente mientras espera la colada».

«Es un riesgo porque no sabes cómo va a funcionar y supone una inversión considerable, pero de momento estoy encantada», asegura esta mujer, que aunque sabe vender su negocio, prefiere que el que hable sea el cliente.

El negocio, que cuenta con tres grandes lavadoras y dos secadoras, ofrece a mayores un servicio a domicilio

«Les hay que dar tiempo, pero yo creo que tiene muchos beneficios. Con los sueldos pequeños de hoy en día y lo que cuestan los recibos del agua y de la luz, además de los detergentes, se ahorrarán dinero y tiempo», dice. «Es cómodo y rápido», añade.

Hacer la colada aquí puede llevar algo menos de una hora, con lavado y secado incluido. Por el momento, y pese a que ya abrió, aún tiene cosas pendientes, como instalar las cámaras de seguridad para poder abrir en un horario intinterrumpido sin tener que estar ella en la lavandería. «Ahora quiero estar, para explicarle a la gente. Después lo iré adaptando según las necesidades», dice esta nueva empresaria, que reforzará el autoservicio con la recogida de la colada a domicilio.

«La idea es coordinar los horarios con los clientes, pero creo que puede ser muy bueno para gente mayor que vive sola o gente que no tiene tiempo», indica, mientras las lavadoras empiezan a girar en busca de clientes y nuevas costumbres a la hora de hacer la colada.

Comentarios