Hilando lazos de amistad

La asociación de San Bartolomeu de Insua acaba de incorporar a sus filas a Linsay Stevenson, una escocesa con pasión por aprender
Linsay Stevenson, junto a sus compañeras de la asociación de mulleres rurais de San Bartolomeu de Insua
photo_camera Linsay Stevenson, junto a sus compañeras de la asociación de mulleres rurais de San Bartolomeu de Insua

Conoció la comarca chairega en una peregrinación a Santiago de Compostela hace 27 años y lo tuvo claro, se enamoró de esta tierra. Hace algo más de dos, fue cuando la escocesa Linsay Stevenson decidió asentarse en la parroquia guitiricense de Pígara, donde ha encontrado su paraíso particular.

«Vivo en una casa antigua de piedra en pleno Camino Norte de Santiago, me encanta este país y sus gentes», asegura la nueva chairega, que se ha convertido hace poco más de un mes en la última incorporación de una de las asociaciones más activas de Vilalba, la de mulleres rurais de San Bartolomeu de Insua.

«Vi como trabajaban en la Feira do Capón, fue cuando conocí a Lourdes, pero como no tenía mucha confianza no me atreví a decirles nada», relata con una sonrisa Linsay, quien recibió de muy buen grado la invitación de otra de las integrantes de la entidad, Mari, para acudir a las clases.

Linsay, que vive en Pígara, se enamoró de la comarca chairega cuando peregrinó a Santiago de Compostela hace ya 27 años

«Cuando me preguntó si quería ir dije: Sí, sí», recuerda la escocesa, que ya se animó a hilar en la primera sesión. «Y lo hizo muy bien, aprende muy rápido, y cada vez va perfeccionando más», confirma Lourdes Otero, la presidenta de la asociación.

En muy poquito tiempo se ha convertido ya en una más. «Me han acogido muy bien, tienen mucha paciencia y me repiten las cosas cuando no las entiendo», comenta Linsay, que está abierta a probar todos los oficios tradicionales que se le pongan por delante.

Así, confirma que le gustaría aprender a trabajar el lino. «Cuando las veo a ellas me parece que hacen magia, pienso que no es posible», dice, mientras indica que también tiene intención de probar con el telar. «Ahora que tengo la oportunidad voy a aprovecharla», dice con las risas al fondo de unas compañeras, con las que ya ha conseguido hilar unos fuertes lazos de amistad.

Tanto es así, que ha compartido con ellas algunas experiencias inolvidables. «Fui al Arde Lucus por primera vez, eso es increíble», dice la escocesa, que espera poder ir sumando nuevas participaciones en las romerías a las que acuden las mujeres de Insua para enseñar sus trabajos.

Y, por supuesto, a la Tasca do Liño, que ellas mismas organizan. «Si hay una fiesta, allí estaré yo», confirma Linsay, quien cree que compartir momentos con estas mujeres le ayuda también a entender mejor el gallego.

«Es una mujer estupenda, nos ayuda y participa en todo», dice Lourdes, orgullosa de presidir una entidad internacional.

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