Unas 300 personas y más de 50 firmas

Endesa iniciará este mes la gran obra para la reforma de la térmica pontesa

La eléctrica, que invertirá 217 millones en unos trabajos que durarán tres años y garantizan el futuro de la central otras dos décadas, construirá una desulfuradora para reducir emisiones
El antiguo aparcamiento ya está desafectado para iniciar las obras
photo_camera El antiguo aparcamiento ya está desafectado para iniciar las obras

Endesa iniciará este mes la gran obra que le permitirá adaptar la térmica pontesa a la nueva Directiva de Emisiones Industriales (DEI) de la Unión Europea, una reforma que se prolongará durante tres años y que garantiza el futuro de la central al menos otras dos décadas. La inversión supone un desembolso total de 217 millones de euros.

"Después de haber estado pendientes tantos años del futuro de la térmica, estamos muy ilusionados. La central garantiza cientos de puestos de trabajo directos e indirectos en As Pontes, donde Endesa tiene un peso muy importante, tanto desde el punto de vista laboral como tributario", apunta el regidor, Valentín González Formoso.

"Estábamos pendientes de dos informes sectoriales, uno de Carreteras y otro de Augas de Galicia, sin los que no podíamos conceder la licencia municipal a Endesa", explica Formoso, que adelanta que todo el papeleo ya está cerrado y una de las primeras intervenciones, en licitación.

Pese a que los trabajos previos arrancaron hace días —se empezó la instalación de un sistema para reducir las emisiones de óxido nítrico—, las obras más complejas se iniciarán ahora, con la construcción de una desulfuradora que permitirá reducir en un 95% el azufre que llega a la atmósfera.

Para la desnitrificación, se está ejecutando la logística fija, pero serán unos trabajos paulatinos, ya que se irá adaptando por paradas cada grupo —hay cuatro, capaces de generar 1.400 megavatios—.

La planta desulfuradora, que se construirá delante de la central, en el lugar que ocupaba el antiguo aparcamiento, contará con dos unidades que compartirán los cuatro grupos e incluirán sendas torres de 32 metros, donde se instalará el absorbedor, adonde llegan los gases de combustión.

La desulfuración de los gases con óxido de azufre se consigue al ponerlos en contacto con caliza, que reacciona generando sulfato de calcio, que se transforma finalmente en yeso.

Son necesarias tres fases en el proceso: absorción del óxido de azufre, preparación del reactivo y deshidratación del yeso. Y para esta última se instalarán tres sistemas —dos en operación y uno en reserva—, además de equipos para transportar y hacer acopio (una cinta y un silo de unos 720 metros cúbicos de capacidad) y dos depósitos para almacenar lodos.

"Esta inversión nos va a llevar a la frontera de 2050, en una transición que refuerce la generación eléctrica hasta el pleno abastecimiento de energía con renovables o fuentes futuras", destaca Luis Varela, el presidente del comité de empresa.

La construcción de las nuevas instalaciones obligará a desviar la carretera que pasa por delante de la central, un vial autonómico que sirve como uno de los principales accesos a la localidad. Con este cambio —las obras están prevista a principios de 2018—, Endesa ganará 14.220 metros cuadrados, los mismos que cederá en la parte posterior al ciclo combinado para que la Xunta ejecute el nuevo vial, que la eléctrica financiará.

"Significa integrar el acceso a la localidad en la zona urbana y separarlo de la industrial. La fisonomía cambiará sustancialmente y se incluirá un paseo peatonal y un carril bici", destaca la teniente de alcalde, Montserrat García.

Hasta ahora, lo único que ya se ha finalizado es el nuevo aparcamiento, que incluye puntos de recarga para vehículos eléctricos, a lo que se sumará la instalación de paneles solares en las cubiertas.

NUEVOS MERCADOS. A mayores de la reducción de emisiones, la reforma de la central abrirá nuevos mercados, ya que Endesa podría apostar por la valorización de residuos. Por una parte el yeso —está previsto que tenga alta calidad— podría ser empleado en el sector de la construcción. Pero en su proceso de deshidratación, además, genera un efluente líquido que se gestionará en una planta de tratamiento específica. Es otro de los posibles mercados. El sulfato amónico, derivado de la depuración de efluentes, se puede convertir en fertilizante agrícola.

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